Los acontecimientos en torno a la nueva prisión de Juan Grande se precipitan al ritmo que marcan las miserias políticas de esta nacionalidad tan atolondrada. A pocas horas de que el presidente del PP culpara al PSOE y a Nueva Canarias de la paralización de las obras de la nueva cárcel de Juan Grande, manda al director general de Patrimonio, Paulino Montesdeoca, a que presente una denuncia en el juzgado de guardia de San Bartolomé por el reinicio de los trabajos de movimientos de tierra. El pobre Paulino se abochorna ante el presidente del SIEP, con el que ya lo tiene todo pactado, incluso el precio del suelo (5.120.037 euros) y la forma de pago. Pero donde manda su excelencia, Paulinito se arruga y obedece.