El Desafío

Lágrimas de Marta Díaz en 'El Desafío', y un Adrián Lastra que arriesgó con algo “que no debería hacer”

Adrián Lastra y Marta Díaz en 'El Desafío'

Redacción verTele

Detrás de cada prueba de El Desafío hay muchas horas de entrenamiento, y si a eso le sumamos la presión del programa y otros tantos problemas relacionados o no con las exigencias del guion, es normal que algunos concursantes se vean sobrepasados.

Este viernes fue Marta Díaz quien se vino abajo. Aunque su coreografía en las alturas fue la mejor puntuada por el jurado, al acabar el reto se hinchó a llorar.

Cansada de soportar la presión, la influencer se tiró al suelo para desahogarse como no había hecho hasta ahora en el exigente programa de Antena 3.

Roberto Leal, el presentador, acudió a preguntarle si estaba bien. La ayudó a levantarse y le cedió un micrófono para que explicara el porqué de su emotiva reacción. “Esta semana ha sido un poco complicada para mí a nivel personal”, comentó entre sollozos.

Aunque Díaz no entró en detalles, compartió con todos la carga que venía soportando en los últimos días al “ensayar y estar concentrada” en las recomendaciones de sus “maravillosos entrenadores” mientras su cabeza, sin embargo, le lanzaba otros mensajes: “No paraba de repetirme una y otra vez que no valgo para esto y que no lo iba a conseguir”.

Pero sí lo consiguió, y vaya si lo hizo. La creadora de contenido obtuvo la mejor puntuación de la noche.

Por otro lado, Adrián Lastra y Pablo Castellano se retaron el uno al otro en la complicada prueba de la motocicleta. Tenían que conducirla con precisión por una pasarela colocada a varios metros de altura.

Pero el actor, mientras se preparaba para la prueba, sufrió una dolorosa lesión. “Ensayando en el programa, haciendo una cosa que no debía hacer, me vine muy arriba y me fracturé el abdomen. Tengo una rotura de 4 centímetros”, declaró.

A pesar de todo, se subió a la moto para llevar a cabo el reto con cara de sufrimiento, pues se hacía daño con determinados movimientos que le tensionaban la musculatura.

“Hostia, tío, ¡qué tirón! Por gilipollas”, se quejó al terminar este vertiginoso examen. “No puedo arriesgar tanto. Me he hecho daño”, reconoció. Hace tres semanas, continuó, el equipo médico le dijo que “tenía que estar un mes y medio sin hacer nada”, algo a lo que él se opuso, a la vista está.

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