Una polémica serie animada de la BBC protagonizada por un Papa fue vendida a comienzos de año a una cadena italiana, aunque ésta ha decidido no emitirla ahora debido a la muerte de Juan Pablo II, informa el diario The Guardian. El protagonista de “Popetown” es un Papa ficticio (al que pone voz una mujer, Ruby Wax) que va saltando por el Vaticano en un juguete infantil rodeado por una banda de cardenales traidores. La BBC se vio obligada a retirarla de la programación de BBC 3, en octubre del año pasado, tras recibir miles de quejas de católicos, encabezadas por el Arzobispo de Birmingham, que la consideraban “ofensiva”, pero la cadena pública británica ya la ha vendido a varios países a través de su filial comercial BBC Worldwide. Aunque los italianos tampoco podrán verla por ahora porque el canal de cable que la ha adquirido (Jimmy Channel, propiedad del gigante francés Canal Plus) ha decidido retirarla de sus previsiones debido a la muerte del Papa. “Popetown” también ha sido vendida a la cadena neocelandesa Channel 4 y será ofrecida la semana que viene a emisoras de todo el mundo en el mercado internacional Mip TV 2005, del 11 al 15 de abril en Cannes. Un portavoz de la BBC dice que “es parte de nuestro catálogo pero uno de nuestros productos estrella”. La cadena espera compensar con las ventas de “Popetown” en Cannes los 2.4 millones de libras que supuestamente costó la serie de 10 episodios. Presentada por la BBC como una “comedia gremial ambientada en el Vaticano”, “Popetown” muestra las aventuras de un papa y su círculo más cercano, un grupo de obispos inmaduros que siempre están discutiendo y traicionándose unos a otros. La productora es Channel X Televisión, también responsable del concurso “Shooting Stara” para BBC 2. La “autocensura” que se aplicó la BBC cuando decidió retirar “Popetown” contó con la bendición del director general de la cadena pública británica, Mark Thompson, de quien algunos periodistas aseguran que tuvo una intervención directa motivado por sus creencias católicas.