TVE concluye el rodaje de “La doble historia del doctor Valmy”
En el Estudio 5 de Prado de Rey, con motivo de la finalización de la grabación del Estudio 1 “La doble historia del doctor Valmy”, se celebró ayer una reunión de los medios de información con los equipos técnico y artístico de esta nueva producción de ficción de TVE acompañados del director de Programas de Ficción y Teatrales, José Ramón Vázquez y del productor ejecutivo, César Gil. TVE emitirá un “Estudio 1” al mes. El director de “La doble historia del doctor Valmy”, Alberto González Vergel, recordó su condición de veterano en la dirección de obras para Estudio 1 y afirmó que “es de agradecer de TVE haya decido a dar un nuevo impulso a este espacio dramático del que han salido grandes directores de cine y teatro y grandes intérpretes”. “Esta historia referida a la tortura de los presos políticos -continuó González Vergel- y a la falta de protección de los detenidos, es difícil que pueda ocurrir ya en España, pero desgraciadamente sí es una realidad en otras partes del mundo”. José Ramón Vázquez, director de Programas de Ficción y Teatrales de TVE, apostó por la nueva continuidad de Estudio 1: “Estamos esperando tener varias obras listas para su emisión y así ofrecer, de una manera continuada, nuevas obras teatrales encuadradas dentro de este espacio dramático. Por lo pronto tenemos listas ”Los ladrones somos gente honrada“ de Jardiel Poncela y ”La Malquerida“ de Jacinto Benavente, y vamos a comenzar la producción de ”El jardín de los cerezos“ de Antón Chejov”. Contra la tortura “La doble historia del doctor Valmy”, original de Antonio Buero Vallejo, está dirigida por Alberto González Vergel, realizada por Lorenzo Zaragoza e interpretada en sus principales papeles por Toni Cantó, Yolanda Ulloa y Mario Gas. Cuenta con la colaboración de la actriz Victoria Rodríguez, viuda de Buero Vallejo. La obra, que aborda la actuación de una unidad de la policía política de un país cualquiera, es una crítica contra la tortura. El planteamiento último de esta obra es defender que el torturador se tortura a sí mismo y se destroza al destrozar a su víctima.