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El Cabildo de Gran Canaria ya no educa por Onelia García Marrero

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Todavía recuerdo las palabras de los representantes del Partido Popular reclamando, a principios de este año 2011, en la sala de plenos del Cabildo, mayor inversión para la Consejería de Educación de la institución insular. ¡Cómo cambia el cuento dependiendo del lugar que se ocupa! Ahora no hablan de una mayor inversión; ahora, simplemente, la han hecho desaparecer.

Como decía, no me ha sorprendido, pero sí me ha entristecido enormemente por el poco valor que los actuales dirigentes de Gran Canaria otorgan al trabajo realizado en estos últimos cuatro años y sobre todo porque la población grancanaria se queda sin el apoyo y el arropamiento del Cabildo insular como máxima institución de la Isla. Pensé que tanto el Partido Popular como el CCN meditarían mejor dicha decisión y que, tras una reflexión mayor, decidirían, de manera acertada, volver a apostar por la educación en nuestra Isla. Pero parece ser que la reflexión y las buenas decisiones no son propias de este Gobierno insular.

Hace ya algún tiempo escribí en un medio de comunicación un artículo en el que me hacía eco de la sorpresa que me causaba oír a ciertos responsables públicos decir lo poco que podían hacer las administraciones locales (Cabildos y Ayuntamientos) por mejorar la educación. Desgraciadamente esto parece tener pocos visos de cambiar y prueba de ello es lo ocurrido en el Cabildo de Gran Canaria con la desaparición de la Consejería de Educación en la actual legislatura. Ello se debe al gran desconocimiento que los responsables de la institución insular tienen, y a su incapacidad para diferenciar entre “escolarización” y “educación”, lo que deriva en una toma de decisiones erróneas que resta oportunidades a la población insular.

Han de saber nuestros respetables representantes que la educación no es solo escolarización, que la educación va más allá y que es un instrumento indispensable para el progreso de la humanidad.

La educación, así entendida, no tiene edad, los destinatarios de la misma son las personas no por razón de su edad sino de su necesidad, y por ello “la educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal” (Delors 1.998).

Esa perspectiva de aprendizaje permanente y a lo largo de la vida es lo que obliga a todas las administraciones públicas a llevar a cabo políticas educativas que integren la educación formal (aquella que se realiza dentro del sistema educativo), la educación no formal (aquella desarrollada por instituciones que no forman parte del sistema educativo) y la educación informal (aquella que se hace fuera de cualquier institución, ejemplo de ella es la llevada a cabo por las familias). Dicha integración permite aumentar las oportunidades de éxito de todas las personas.

He de recordar, a dichos responsables, que el Cabildo sí tiene responsabilidad en materia de educación no formal e informal y que la importancia y la necesidad de dicha educación es tan grande que ya en la Conferencia Internacional sobre la Crisis Mundial de la Educación, celebrada en Virginia en 1.967, se citó como una de las razones que marcaba la diferencia entre los países y las sociedades desarrolladas y no desarrolladas. Más de 40 años después, aquí, en Gran Canaria, sus dirigentes no se han dado cuenta de ello.

En estos últimos cuatro año el Cabildo ha llevado a cabo una política educativa inclusiva e integradora, apoyando a los estudiantes y a las familias a través del las ayudas al estudio (desde infantil hasta los estudios superiores) y sacando adelante iniciativas propias con la colaboración del resto de administraciones locales (Escuelas Artísticas Municipales, proyectos de centro, programa de Competencias Básicas?), además de un Proyecto europeo con ECCA y Cabo Verde, entre otros. Todo ello enmarcado en un Plan Insular de Educación, único en el Archipiélago, cuyos buenos resultados se han visto en estos últimos tiempos y que ha sido bien valorado dentro y fuera de Canarias.

Alegar como motivo de la desaparición de la Consejería de Educación del Cabildo “que no podemos asumir competencias para luchar contra el fracaso escolar porque es una responsabilidad de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias” es un despropósito, toda vez que la política educativa de los Cabildos tiene como objetivo apoyar y liderar las diversas políticas educativas de las islas en materia de educación no formal. A ello añaden: “seguiremos demandando una mejor educación para los canarios”. La CORRESPONSABILIDAD empieza por uno mismo, por ser responsable y asumir que todos (administraciones públicas, otras instituciones, familias, estudiantes, docentes y ciudadanos de a pie) somos necesarios para la mejora educativa de nuestra gente y de nuestra tierra. El argumento del Cabildo de Gran Canaria - PP-CCN - para “quitarse de encima” la educación viene acompañado de una crítica al Gobierno de Canarias y su falta de asunción de responsabilidades, desde mi punto de vista totalmente injusta, puesto que el cambio de rumbo hacia la mejora educativa llevado a cabo por la Consejería de educación del Gobierno Regional es patente.

Los actuales responsables de la Educación en Canarias han tomado las riendas de una consejería que durante veinte años ha estado en manos de Coalición Canaria con la connivencia del PP, un consejería que dos décadas después, por fin, actúa como le corresponde, asumiendo sus responsabilidades con un talante que por ahora merece nuestro respeto y con una transparencia de la que carecía.

Desde el propio Consejo Escolar de Canarias hemos hecho un llamamiento a todos los miembros de la Comunidad Educativa de Canarias, entre ellos Ayuntamientos y Cabildos, para una mayor implicación, si cabe, en la educación, que sin duda ha de empezar por las administraciones públicas como garantes de la promoción de oportunidades y de la igualdad entre los canarios.

Espero y deseo que los actuales responsables de la institución insular grancanaria tomen buena nota del importante papel que en materia educativa posee el Cabildo, de la función de impulso y de integración que han de realizar en el territorio insular, de la necesidad que todos los grancanarios tienen de una corporación que sea corresponsable en educación y que retome el protagonismo que les corresponde sin excusarse en simplezas para evitar el cumplimiento de su papel.

Termino con un simple apunte con el que se podrá visualizar mejor lo que ocurre. El izado de esa enorme bandera que ondea en el aire de la Avenida Marítima cuesta lo mismo que mantener, durante todo un año, el “Proyecto de Formación de Formadores para las familias”, un proyecto que aportaba mayores herramientas a los padres y madres de nuestra Isla para una participación más efectiva dentro y fuera del centro educativo de sus hijos.

Con la esperanza de que los responsables políticos del Cabildo Insular mediten su decisión, me quedo con las palabras de Jacques Delors, para quien “la educación es un factor indispensable para que la humanidad pueda conseguir los ideales de paz, libertad y justicia social.”

Onelia García Marrero

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