La Academia de Historia decidirá en octubre cómo revisar su diccionario biográfico

MADRID, 12 (EUROPA PRESS)

La Real Academia de Historia determinará en octubre cómo revisa y, en su caso, corrige el Diccionario Biográfico en el que el Estado ha invertido unos seis millones de euros de Educación e Industria y que ha sido objeto de polémica a raíz de conocerse los contenidos de perfiles como el de Francisco Franco, definido como un católico, inteligente, moderado, jefe eficaz, autoritario pero no totalitario.

Así lo ha explicado en el Congreso el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, quien ha precisado que “no es función del Gobierno supervisar, revisar o censurar el contenido de los trabajos académicos” y que su relación con las reales academias es “estrictamente administrativa”.

Este Diccionario Biográfico surge de un convenio suscrito en 1999, siendo ministro de Educación el actual líder del PP, Mariano Rajoy, en el que se encargaba la obra con la premisa de dar una “versión ecuánime” de las acciones y de los elogios y críticas de cada personaje. A tal fin, Educación otorgó a la Academia 4,80 millones entre 1999 y 2006, a los que se añaden otros 989.810 euros en subvenciones entre 2007 y 2011.

ES “INDUDABLE” QUE HAY ERRORES

Tras la publicación de los 25 primeros tomos y la polémica surgida en los perfiles de Franco, Negrín, Carrillo o Aznar, el ministro sostiene que “parece indudable que existen ciertas entradas en el Diccionario que se han apartado del necesario rigor y objetividad y de la ecuanimidad que debía presidir la elaboración de esta obra”.

Según ha explicado, el Ministerio ha instado en varias ocasiones a “revisar y en su caso corregir, por los medios que sean necesarios”, aquellas entradas que no respondan al rigor histórico de los trabajos académicos“.

A su juicio, la Academia de Historia “está dispuesta a aceptar que puede haber un conjunto de entradas que admitan otro planteamiento historiográfico susceptible de ser incorporado con la mayor brevedad posible” y de hecho el 17 de junio anunció la creación de una comisión para fijar procedimientos de mejora y revisión de la obra.

La Junta de Gobierno de la Academia coordinará las acciones de esta comisión con las de todos los académicos, con los autores de las biografías y con quienes de fuera de la Academia puedan colaborar en esta tarea. Los trabajos han arrancado y, según ha revelado Gabilondo, “se presentará un informe el próximo mes de octubre”.

FALTA ACTITUD COMBATIVA

Desde ERC, Joan Tardà ha avisado al ministro de que pedirán al Gobierno “un mayor compromiso” en la vigilancia y el control de estas labores, pues considera que se ha ido creando progresivamente un escenario donde esto podía ocurrir. A su juicio, lo que se requiere ahora es una “una actitud combativa”.

En la misma línea, los diputados de CiU y del PNV han llamado la atención sobre el contraste entre el dinero público invertido y el

resultado obtenido. “Se tendría que proceder a evaluar el cumplimiento de lo acordado en el convenio y cotejar si los fondos enviados han sido destinados a ello”, sostiene Merce Pigem, de CiU.

El PP, a través de su diputado Jorge Fernández Díaz, ha admitido que hay entradas del Diccionario Biográfico que son “poco afortunadas” y que pueden gustar “poco o nada”, pero quiso dejar claro que la responsabilidad es de los autores, no de la Academia. Eso sí, pidió retirar toda idea de censura previa, incluso si han mediado subvenciones, y puso como ejemplo las ayudas a la producción cinematográfica. “¿Tienen que pasar antes una censura previa esas películas?”, se preguntó.

El ministro se comprometió a seguir instando a la revisión de esos errores pero advirtió de que lo hará “con todo respeto a las academias y su trabajo”, sin incurrir en una “descalificación global” de los académicos.

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