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Duelo de titanes en el Cuyás

Los tres grandes actores de la escena nacional, Nuria Espert, José Luis Gómez y Lluís Homar, han unido sus talentos al servicio de la versión que el escritor suizo Friedrich Dürrenmatt ha realizado de la emblemática obra de August Strindberg, Danza macabra. Dirigida por Georges Lavaudant, Play Strindberg, se presenta como una comedia sobre las tragedias, un texto en el que la crueldad y la gracia se envuelven mutuamente a partir del conflicto íntimo de tres personajes de fuertes personalidades. Siete décadas después de escribir la obra, el escritor suizo Friedrich Dürrenmatt quiso dar una vuelta de tuerca a la furia y a la frustración y cargó la historia de un carácter irónico y casi grotesco que adecuaban esos conflictos a su visión de la sociedad.

Coproducido por el Teatro de La Abadía, el Teatro Cuyás del Cabildo grancanario, el Palacio de Festivales de Cantabria, el Teatro Calderón de Valladolid y el Centro de Artes Escénicas de Reus, el montaje Play Strindberg se desarrolla con elementos de novela negra y tinte policiaco. Play Strindberg es una diatriba desesperada contra la institución del matrimonio como eje medular de una manera de organizar la sociedad. La estructura de la pieza, los diálogos, recuerdan la austeridad descarnada del teatro del absurdo, sobre todo del absurdo trágico de Samuel Beckett. Éste es una Strindberg pasado por Dürrenmatt que anduvo por los aledaños del absurdo.

Es una obra que José Luis Gómez confiesa que sólo podía hacer con Lavaudant como director y con Nuria Espert y Homar. Cuatro astros al servicio de un texto que trae ecos evidentes de Quién teme a Virginia Wolf.

Narra la historia de Edgar, un capitán retirado, al que da vida José Luis Gómez, y Alice, una actriz famosa que ha dejado su carrera, interpretada por Nuria Espert, quienes reciben la visita del primo Kurt en la isla en donde casi recluidos, cuando están a punto de celebrar el 25 aniversario de su boda. Recreado por LLuis Homar, Kurt es un inspector y el “alter ego” del autor de la obra, que desencadena el conflicto en la pareja. Play Strindberg es una visión muy particular de Danza macabra. El director francés Lavaudant dirige esta versión en la que Dürrenmatt moderniza y hace menos terrible a Strindberg, que con esta pieza ajustó cuentas con el hombre que hizo infeliz a su hermana Anna.

Según avanza el director galo Lavaudant, “el trabajo de recreación realizado por Dürrenmatt parte de una obra muy especial, La danza macabra, firmada por un autor realmente único y singular: August Strindberg. Por otra parte, el trabajo de Dürrenmatt no consiste únicamente en refrescar, podar, abreviar, ni tampoco en trasladar a un plano más moderno. Esta modernidad que introduce penetra con tanta profundidad en el texto, impregnándolo casi de parte a parte que, de entrada, sería mejor renunciar a cualquier comparación con el original strindbergiano. Este trabajo de sacudida y de apertura sólo puede hacerse desde el interior. Sólo se puede iniciar con la presencia de grandes intérpretes. Nuria Espert, Lluís Homar, José Luis Gómez forman parte del juego”, explica.

Estructurada en doce asaltos, Dürrenmatt recrea en clave de comedia negra el inclemente duelo conyugal de la Danza macabra de August Strindberg, despojado de todo adorno y desprovisto de cualquier escapatoria. Y es que Play Strindberg es una comedia sobre las tragedias, un texto donde la crueldad y la gracia no dejan de envolverse mutuamente, y en la que la ligereza del vodevil y la gravedad del drama se equilibran con exactitud para mostrar, a la manera de un juego plagado de sarcasmo e ironía, la fuerza destructiva del ser humano, o, en palabras del estudioso de teatro Georg Hensel, “el esqueleto del odio”.

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