Elfidio Alonso

Sabandeño antes que fraile, su destino era el negociado de la pandereta y el folclore. Pero la política le venía de herencia, le tentó y acabó por quebrarle: desde el primer nacionalismo de izquierdas aterrizó en ATI, y eso le hizo alcalde. Pero no era lo suyo. Supo dejarlo.

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