¿A dónde van, que se riscan?

Parece mentira pero ante las falaces acusaciones de Soria son los acusados los que tienen que presentar las pruebas de sus mentiras, en lugar de ser él quien presente las pruebas de sus acusaciones. Qué se le va a hacer. Por fortuna, los medios de comunicación canarios conocen sus bravatas y sus falsedades y ninguno le ha creído lo más mínimo. Es más, tenemos detectada cierta burla ante esta nueva salida de tono del líder de los populares canarios, que desgraciadamente ha conseguido meter en el mismo embolado a su presidente nacional, Mariano Rajoy, que dijo tan campante que apoyaba la moción de llevar el asunto al debate político en el Congreso de los Diputados. En el calorcito conejero, Rajoy olvidó que el poder judicial tiene residenciadas sus competencias en otro lugar fuera del poder legislativo, y quizás por eso El Mundo tuvo que rectificar el lunes esos anuncios tan solemnes para ir reduciendo las acciones a una queja ante el Poder Judicial, donde también habrán de presentar las pruebas de sus acusaciones. Mientras tanto, como decíamos antes, Ruano, como una vulgar corista, haciendo la segunda voz: que voy y llevo el disco duro de la juez al fiscal. Ah, ¿sí? Pero no es en calidad de denunciante. Ah, ¿no? Entonces, ¿en calidad de qué? ¿En qué momento procesal alguien recomendó al consejero de Presidencia y Justicia tamaño disparate jurídico?