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En esta playa

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Acostumbrándonos a nadar entre basura

En esta playa aprendí a nadar. Incluso, cuando iba en la tripa de mi madre, ya la paseaba con ella porque siempre fui algo rebelde, venía de culo, había que darme la vuelta y el médico le recomendó caminar.

En esta playa aprendí a respetar el mar y a no darle la espalda. En esta playa mi padre me enseñó a hacer castillos con arena mojada en la orilla. 

—Papi, vamos a hacer castillos de cacarrutas

— Vete yendo que yo voy ahora. 

En esta playa aprendí la regla de oro de toda persona ‘de mar’: hasta que la piel de los dedos no se arrugue, no se sale. 

En esta playa mi madre me buscaba en el agua 'por los pies', por mis intentos frustrados de dedicarme a la natación sincronizada. 

En esta playa di mi primer beso. Y el segundo. 

En esta playa me bajó la regla por primera vez. 

Y casi pierdo la virginidad.

En esta playa me 'pidieron salir'. Y también me dejaron. 

En esta playa me emborraché por primera vez. 

En esta playa me sentí menos marciana con las charletas de mi gran amigo F, sentados en la orilla en donde aprendí eso del ‘bañador mojado’ y las infecciones de orina. 

A esta playa la eché de menos cuando emigré.  Esta playa era todo mi 'Tenerife' en Inglaterra y en Escocia. 

— ¿Qué me recomiendas si voy?

— El Médano te va a encantar. 

En esta playa acabé y empecé los mejores libros. En esta playa descubrí canciones. En esta playa leí la Super Pop y luego el periódico. 

En esta playa dije, por primera vez, que quería ser periodista. 

En esta playa crecí con mis amigas.

En esta playa, los que eran hijos ahora son padres y los que eran padres ahora son abuelos. 

En esta playa quizá quiera morir. 

Esta playa a veces se me quedaba corta. Y en otras, aquí se acababa el mundo. 

A esta playa la defendía, con uñas y dientes, a eso de 'Ahí siempre hace viento'. 

Esta playa me hizo amar la marea baja. 

Esta playa me abraza cuando necesito llorar. Esta playa me susurra las grandes decisiones. 

Esta playa me ha hecho feliz. Esta playa, a pesar de todo, siempre tendrá mi lealtad por respeto a mis recuerdos. 

¿Y saben qué pasa ahora?

Esto pasa: 

Unos 30 grados en marzo. Ola de calor atípica. Cambio climático. 

— Vamos a la playa este finde.

—¡Vamos al Médano!

— Ay, no. ¿A bañarme en caca? 

Y esto duele. 

Así que por favor: menos dinero en escenarios estrafalarios por carnavales que con una verbenita, como siempre se ha hecho, vamos bien. Menos campaña electoral, menos explotación turística, menos money-money, menos tiro mierda sin que se note…  y más respeto. 

Mi pregunta es, ayuntamiento: ¿De quién escuchas las voces? ¿De quién quieres el voto? ¿Del pueblo que tiene recuerdos y está empadronado? ¿O de ese producto turístico que estás creando para un público que viene unas semanas y, sin saber qué pasa, se baña en basura y se marcha? 

Acostumbrándonos a nadar entre basura

En esta playa aprendí a nadar. Incluso, cuando iba en la tripa de mi madre, ya la paseaba con ella porque siempre fui algo rebelde, venía de culo, había que darme la vuelta y el médico le recomendó caminar.