Volvimos a equivocarnos: el de este lunes no fue el último capítulo del culebrón de la jefa de prensa del teatro Pérez Galdós, porque este martes hubo uno de propina, uno a modo de epílogo. Luisa del Rosario retiró la demanda, como dijimos, y corrigió de ese modo un error que amenazaba con acabar con la paciencia de la dirección del coliseo y de los que siempre la hemos apoyado en su reclamación tras la alcaldada de Soria y Pepa. Pero para dar mayor emoción al asunto, la periodista decidió este martes despedirse, renunciar a sus derechos laborales exigidos en la demanda presentada a tal fin, y no tomar posesión de su plaza. Suponemos que habrán pesado sobre ella muchos motivos, y le seguimos apoyando en su reinvidicación original. Pero hacemos fervientes votos por que haga que acabe aquí esta historia. Si ha elegido seguir del otro lado de la trinchera, mejor para sus numerosos seguidores, que se alegrarán de tenerla como crítica. Y que el Pérez Galdós respire ya sin contratiempos de este tipo.