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Unos malos candidatos del PSC

El Partido Socialista Canario puede ampararse en la debacle nacional para justificar el batacazo que se llevó este domingo en las urnas. Al fin y al cabo logró ceñirse a una caída de casi el 15%, algo menos que la media nacional. Pero debe abrir una fase de autocrítica seria que no debe limitarse a lo mismo de siempre: que los que sean responsables directos del toletazo los que eleven los suavizados y tolerantes informes ante los órganos del partido que ellos mismos controlan. La elección de los candidatos fue errónea. Pretender que Chano Franquis y Pepe Segura pudieran encantar a un electorado al que se le vino abajo la ilusión cuando López Aguilar abandonó el ruedo isleño era mucho pretender. Franquis amplió este domingo su catálogo de derrotas con una más (no hemos encontrado en su palmarés más que victorias orgánicas) con el triste récord de superar en más de un punto (16,43%) la disminución de apoyos electorales. En la provincia de Las Palmas, el PSC, con una campaña verdaderamente catastrófica, perdió la nada despreciable cantidad de 92.000 votos. Alguien debería dimitir de inmediato. No se quedó atrás Pepe Segura, que se dejó 72.000 electores en el camino, con la atenuante de la difuminación de los votos socialistas en Tenerife merced a la ruptura protagonizada por Santiago Pérez y su gente. Por cierto, apoteósico lo de José Manuel Corrales, el bonzo del PSOE de Santa Cruz, que declaró el jueves que le hubiera gustado votar a su antiguo partido pero que votaba IU cuando Socialistas por Tenerife se presentaba con Sí Se Puede. Quien los entienda que los compre.

El Partido Socialista Canario puede ampararse en la debacle nacional para justificar el batacazo que se llevó este domingo en las urnas. Al fin y al cabo logró ceñirse a una caída de casi el 15%, algo menos que la media nacional. Pero debe abrir una fase de autocrítica seria que no debe limitarse a lo mismo de siempre: que los que sean responsables directos del toletazo los que eleven los suavizados y tolerantes informes ante los órganos del partido que ellos mismos controlan. La elección de los candidatos fue errónea. Pretender que Chano Franquis y Pepe Segura pudieran encantar a un electorado al que se le vino abajo la ilusión cuando López Aguilar abandonó el ruedo isleño era mucho pretender. Franquis amplió este domingo su catálogo de derrotas con una más (no hemos encontrado en su palmarés más que victorias orgánicas) con el triste récord de superar en más de un punto (16,43%) la disminución de apoyos electorales. En la provincia de Las Palmas, el PSC, con una campaña verdaderamente catastrófica, perdió la nada despreciable cantidad de 92.000 votos. Alguien debería dimitir de inmediato. No se quedó atrás Pepe Segura, que se dejó 72.000 electores en el camino, con la atenuante de la difuminación de los votos socialistas en Tenerife merced a la ruptura protagonizada por Santiago Pérez y su gente. Por cierto, apoteósico lo de José Manuel Corrales, el bonzo del PSOE de Santa Cruz, que declaró el jueves que le hubiera gustado votar a su antiguo partido pero que votaba IU cuando Socialistas por Tenerife se presentaba con Sí Se Puede. Quien los entienda que los compre.