No debe ser demagogia recordar de vez en cuando que la disciplina urbanística es para el que se la trabaja de verdad. Es decir, para el que organiza espectaculares fiestas de cumpleaños en su casa e invita al alcalde. Dos tazas, ¿eh? Así que, dados los antecendes y la categoría y calidad de los infractores, parece lógico pensar que el expediente de precinto de las obras haya estado casi 20 días sobre la mesa del concejal de Urbanismo, Juan José Cardona, sin que éste se dignara firmarlo. O que la denuncia de los vecinos entrara en el Ayuntamiento el 27 de diciembre y hasta finales de enero no se procediera a precintar. Pero más llamativo todavía es que los vecinos hayan tenido que volver a denunciar que de precinto nada, que allí sigue habiendo operarios trabajando, y que tienen agua y luz, contraviniendo la orden de paralización y corte de suministros. Dicen que Beleyma ha pedido que se le permita trabajar en el resto de la obra y dejar pendiente las dos plantas extras producto de la infracción y el error material. ¿Se lo habrán permitido? ¿Se lo pueden permitir? ¿Ordenarán demolición de los excesos? ¿Esperaremos a la corrección de errores materiales o a los hechos consumados y rián p'al puerto?