Recomendamos piadosamente a la Asociación Justicia y Ansiedad que guarde un profundo y respetuoso silencio, que se abstenga de valorar esta sentencia (si no lo ha hecho ya, dada su acreditada verborrea) y que sus letrados miembros sean los primeros en pedir perdón a Carmelo Padrón y Luis Hipólito Hernández, los dos políticos a los que dilapidó desde que pudo. Les pedimos, por contra, si algo de vergüenza les queda, que den un paso al frente y empiecen a denunciar ante la Fiscalía los numerosos casos de corrupción actual que conocen, aunque no estén protagonizados por ningún socialista. Y si tienen alguna duda al respecto, que revisen las hemerotecas. Les prometemos sacarlos en portada y devolverles ese protagonismo que con tanto afán ambicionaron.