La venganza de Mayoral

Sabemos que Emilio Mayoral, ex alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, no es hombre de bajas pasiones. Por lo tanto no colecciona cadáveres producto de su venganza política. Pero si nos fuéramos a poner mal pensados, podríamos concluir que más de diez años después de que Soria lo insultara gravemente en público, Mayoral se cobró la afrenta. Porque con tanto lío de escuchas, traiciones gubernamentales, rajadas empresariales, pucheritos y rabietas, a todo el mundo se le ha pasado por alto que el consejero portuario que pidió votación en el asunto de La Gran Marina fue Emilio Mayoral. No podemos describirles con exactitud el tono que empleó, ni tenemos grabada la cara que se le puso a Soria cuando escuchaba a su antecesor en la Alcaldía reclamando una votación que pasará a los anales de la historia portuaria. Pero fue Mayoral. Diez años después frente a Soria.

Sabemos que Emilio Mayoral, ex alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, no es hombre de bajas pasiones. Por lo tanto no colecciona cadáveres producto de su venganza política. Pero si nos fuéramos a poner mal pensados, podríamos concluir que más de diez años después de que Soria lo insultara gravemente en público, Mayoral se cobró la afrenta. Porque con tanto lío de escuchas, traiciones gubernamentales, rajadas empresariales, pucheritos y rabietas, a todo el mundo se le ha pasado por alto que el consejero portuario que pidió votación en el asunto de La Gran Marina fue Emilio Mayoral. No podemos describirles con exactitud el tono que empleó, ni tenemos grabada la cara que se le puso a Soria cuando escuchaba a su antecesor en la Alcaldía reclamando una votación que pasará a los anales de la historia portuaria. Pero fue Mayoral. Diez años después frente a Soria.