Espacio de opinión de Canarias Ahora
La cara oculta del primer submarino de fabricación española S-81plus bautizado como Isaac Peral
Llegar a la entrega del submarino de Navantia a la Armada en el 2023 resultoÌ un verdadero sainete de despropoÌsitos y ejemplifica muy bien la realidad de ineficacia y dispendio econoÌmico de la industria militar espanÌola y del Ministerio de defensa como principal promotor de este negocio., expresa Juan Carlos Roig. Primero, se firmoÌ un convenio entre EspanÌa y BazaÌn, empresa de barcos praÌcticamente en bancarrota propiedad del estado, luego rebautizada como Navantia, para fabricar en Cartagena, y para la Armada tres submarinos totalmente nuevos y modernos.
El contrato inicial se pactoÌ por el precio de 1.800 millones que se financiariÌan mediante creÌditos del Ministerio de Industria a Navantia a intereÌs cero y que se entregariÌan a la Armada en 2013.En 2013 el proyecto iba con considerable retraso y se pacto una nueva fecha de entrega para tiempos futuros. El caso es que, cuando se estaba a punto de la entrega del primer submarino, anÌo 2018, se comproboÌ que el proyecto teniÌa diversos problemas teÌcnicos, unos relacionados con el sistema de propulsioÌn, otro con las armas de combate que deberiÌa contener y el tercero y maÌs grave relacionado con lo que denominaron las fuentes oficiales “flotabilidad”, es decir, que el submarino cumpliÌa bien la funcioÌn de sumergirse debajo del agua, pero no asiÌ la de emerger despueÌs por un problema de “sobrepeso”.
El contratiempo supuso la necesidad de replantear el proyecto y de contratar a la empresa Lockheed Martin para que asesorara a Navantia a fin de solucionar estos problemas, lo que dicha empresa hizo generosamente por 18 millones de euros, dado que en el Estado espanÌol no encontraban a nadie capaz de buscar solucioÌn al engendro.
Una vez la iluminacioÌn de los asesores americanos “solucionoÌ” el problema del sobrepeso del submarino, cayeron en la cuenta de que el arreglo iba a costar mucho dinero, pues alargar el submarino implicaba usar maÌs acero y demaÌs materiales y como ya se habiÌan gastado 1800 millones de euros y 18 millones de asesoriÌa americana, el Gobierno decidioÌ ampliar la inversioÌn.
Calcularon que al menos necesitariÌan otros 3.685 millones maÌs y el gobierno despachoÌ un primer creÌdito de 1200 millones para ir abriendo boca. Como los problemas nunca vienen solos, descubrieron que alargar el submarino supondriÌa cambiar los motores de propulsioÌn, porque los que habiÌan comprado a una empresa alemana ya no podiÌan con el peso del nuevo disenÌo, con lo que habiÌa que retirarlos y comprar otros maÌs potentes a la tambieÌn alemana MTU Friedrichshafen por otros 130 millones de euros maÌs.
DespueÌs se dieron cuenta tambieÌn de que la carena donde habiÌa que montar el submarino en Cartagena era pequenÌa y no iba a caber, por lo que tambieÌn hubo de emprenderse una obra para hacer una carena maÌs grande, lo que incrementoÌ el ya elevado precio del submarino en otros 300 millones maÌs.
En el anÌo 2022 se le concedioÌ al submarino otro nuevo creÌdito de 2.485 millones de euros para finalizar el primer submarino, con lo que, si contamos el creÌdito inicial, el pago a los americanos, el segundo creÌdito de 1.200 millones, los otros 300 millones de ampliacioÌn de la carena de Cartagena que se le enchufaron a inversiones del Ministerio de Defensa y no directamente al programa del submarino, y los 2.485 millones, nos ponemos en que ya llevaÌbamos gastado 5.800 millones y los submarinos no estaban maÌs que en la imaginacioÌn y en la propaganda.
Por cierto, que dotar al submarino de misiles y armas para hacerlo plenamente operativo nos va a suponer otro pequenÌo gasto de nada menos que otros 12 millones por submarino si se llevan los que de momento han sido elegidos, los misiles NSM que alcanzan maÌs de 100 km. de distancia, y puede ser mayor si, como se ha insinuado en alguna ocasioÌn, EspanÌa opta por llevar misiles Tomahawk, de largo alcance, y EEUU se lo autoriza.
Por su parte la empresa SAES se ha hecho con un contrato plurianual valorado en 645.780 euros destinado a proveer a la Armada de unidades Dummy de la mina de fondo multi-influencia para los submarinos de la clase S-80.
Osea, que el submarino es como un pozo sin fondo donde podemos ir metiendo dinero y dinero y nunca estaraÌ saciado. Se entienden muy bien ahora los problemas de sobrepeso, o de sobredopaje que le aquejan.
Pero esto no es todo, porque el precio inicialmente previsto, 1.800 millones de euros, era el que costariÌan los tres submarinos previstos, pero resulta que ya llevamos cerca de 5.800 millones entre unas cosas y otras son lo que ha costado poner a flote el primero de ellos. Se estima que los otros que faltan por fabricar podraÌn tener un coste de 2.400 millones de euros maÌs, cantidad que incluye el coste de la construccioÌn de los submarinos en siÌ, maÌs el coste de la instalacioÌn de los misiles NSM y el coste de la formacioÌn de las tripulaciones, sin contar que ahora les surja cualquier otro tipo de sorpresa.
No queremos pasar por alto otro pequenÌo detalle del submarino “espanÌol”. En la promocioÌn para la venta del mismo lo definen como submarino de ataque. Es un arma de proyeccioÌn (invasioÌn, pero no de defensa) pensada para mandarla a miles de kiloÌmetros y no ser detectable. Y es asiÌ porque EspanÌa tiene una poliÌtica militar de injerencia y de apoyo a la estrategia de dominacioÌn y violencia de la OTAN. Llevamos desde felipe GonzaÌlez maÌs de cien operaciones militares en el exterior, maÌs de 140.000 efectivos mandados a ellas y casi 24.000 millones de euros gastados en esto. Con todo, pretenden venderlo y ninguÌn estado a mostrado intereÌs en este tipo de submarino.
¿Un submarino en Canarias? A lo mejor tiene que ver con la “doctrina de fronteras de seguridad avanzada” que tiene EspanÌa y que diriÌa nuestro intereÌs de “defensa” en el Sahel y el golfo de Guinea. Igual tiene que ver con seguir utilizando este archipieÌlago para la guerra y su apoyo logiÌstico. Igual tiene que ver con seguir haciendo natural la violencia y las respuestas militares para salir a flote. Igual es para seguir manteniendo las desigualdades y esta dinaÌmica de detraer recursos para derechos y derrocharlos para lo militar...
Este submarino que nos ha costado a todas maÌs de 5.800 millones de euros y que tiene pendiente 2.400 millones maÌs y que estaÌ disenÌado para el ataque, podriÌa haberse dedicado al acceso de derechos de millones de personas. No se ha elegido el camino de la Justicia social, de geÌnero y medioambiental.
Esto no se va a ensenÌar a las visitantes que lo vean por dentro, ni a las miles de personas que no tienen nada que echarse a la boca en nuestra tierra, ni a todas las contribuyentes.
Veinte mil mentiras de viaje de este submarino, parafraseando a Julio Verne.
Nosotras seguimos diciendo:
No en nuestro nombre, para la guerra nada, para la vida todo. Canarias zona de Paz,neutralidad.
Alternativa Antimilitarista MOC/ADNV, con el apoyo del investigador por la Paz Juan Carlos Roig.