Acudieron a la llamada de socorro de Gaza donde Israel está en la fase más cruel del genocidio perpetrado sobre la población palestina: el uso del hambre como arma de guerra. En las últimas semanadas se ven en tiempo real de imágenes de gazatíes hambrientos tratando de llegar a los puntos de ayuda humanitaria mientras reciben disparos hasta la muerte.
Para forzar a los líderes mundiales a asumir su responsabilidad, la legislación internacional y dar garantía del respeto a los derechos humanos, activistas de todo el mundo se dieron cita en la marcha global en Rafah para romper el bloqueo israelí. Muchos activistas, como Koldobi, Antonio y Chus quisieron acometer la empresa desde El Cairo, pero el gobierno egipcio no ha dado ninguna facilidad -de hecho han opuesto hostilidad y violencia- al avance de los manifestantes y los tres canarios retornaron a casa en la noche de este martes.
Mientras los miembros de Canarias por Palestina y Alternativa Antimilitarista MOC estuvieron intentando llegar al corazón del bloqueo, sucedieron los consecutivos ataques entre Israel e Irán, complicando la situación en la región y transformando absolutamente el panorama con el que los activistas aterrizaron en El Cairo.
Todo eso pudieron contarlo, a pesar del cansancio y lo que les queda por asimilar, entre abrazos y cánticos de '¡Palestina Libre!' en la zona de llegadas del aeropuerto de Gando.
A la pregunta de este periódico de qué balance hacen los canarios de la acción en El Cairo, en términos generales es positivo para ellos por diferentes motivos. Para la activista Koldobi Velasco una de las conclusiones más claras es la fortaleza de los grupos humanos cuando luchan en colectivo. “Si la respuesta a una marcha pacífica ha sido tan brutal es porque realmente nos tienen miedo”, asevera. “Estamos muy contentas de esta primera fase de la marcha porque ha tenido una repercusión muy grande”, añade.
De la represión en Egipto también habla Antonio Agudo. “No nos dejaban movernos”, relata. “Estaban continuamente persiguiéndonos, quitándonos el pasaporte y los móviles”.
Los intentos de los activistas por acercarse al punto de encuentro en Rafah, eran interceptados sistemáticamente por la policía egipcia, que volvía a llevarlos a El Cairo bajo amenaza de volverles a repetir este traslado las veces que hiciera falta.
Pero los tres grancanarios están convencidos de que aquí no acaba nada. “Es un pulso”, explica a este periódico Chus García. “La marcha no quedará solo en esta acción. Muchísima gente de muchísimos países ha echado un pulso al gobierno de Egipto que está siendo cómplice”.
Desde esta redacción, cuando los tres activistas partieron se les preguntó si el pueblo palestino sabe que hay otros pueblos del mundo pensando en ellos y su dolor. Los activistas confirman que lo saben y recibieron antes de regresar un vídeo donde un representante de la organización palestina de La Marcha expresaba: “Gracias por esos intentos de llegar. Que sí que habéis llegado, que habéis llegado a nuestro corazón y habéis llegado y nos sentimos menos solos”.