Recusado por segunda vez el presidente de la Audiencia de Las Palmas contaminado por el caso Alba

Canarias Ahora

0

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha vuelto a apartar al presidente de la Audiencia Provincial de Las Palmas, Emilio Moya, y a su compañero de sección Carlos Vielba de intervenir en cualquier procedimiento en el que se investigue al empresario grancanario Miguel Ángel Ramírez. Lo ha hecho a instancias de la Fiscalía, que basó su recusación contra los magistrados en el contenido de la grabación que en 2016 sirvió para incriminar al exjuez Salvador Alba, en la actualidad en prisión para cumplir una pena de seis años y medio de cárcel por conspirar contra Victoria Rosell, exdelegada del Gobierno contra la Violencia de Género, para tratar de apartarla de la judicatura y de acabar con su carrera política.

Es la segunda vez que la Sala especial constituida en el TSJC estima un incidente de recusación de la Fiscalía contra estos dos magistrados. La primera fue en marzo.

En su incidente de recusación, la fiscal delegada de delitos Económicos de Las Palmas, Evangelina Ríos, sostiene que la relación de amistad entre Emilio Moya y Miguel Ángel Ramírez es “pública y notoria” al “haber sido objeto de publicación por diversos medios de comunicación la grabación de una conversación entre ambos que evidencia tal relación”. 

Esa conversación se produjo cuando Salvador Alba ejercía en el Juzgado de Instrucción 8 de Las Palmas de Gran Canaria en sustitución de Victoria Rosell, que había pedido la excedencia para concurrir a las elecciones generales en las listas de Podemos. Ramírez estaba siendo investigado en ese juzgado por presuntos delitos contra Hacienda y la Seguridad Social, un caso en el que acaba de ser absuelto.

Fue el 11 de mayo de 2016 cuando el también presidente de la Unión Deportiva Las Palmas presentó en ese juzgado un un dispositivo de memoria USB que contenía la grabación de la reunión que había mantenido dos meses antes con Alba, un encuentro que revelaba la conspiración del juez contra Rosell.

Es en la parte final de esa grabación cuando aparece Emilio Moya. “El cloquío, el cloquío”, dice cuando escucha a Ramírez, que se ha trasladado desde el despacho de Alba al del presidente de la Audiencia de Las Palmas. En esa charla informal, el empresario resume a su interlocutor lo hablado con Alba minutos antes: “Él quiere levantar por el aire a Rosell”. “Bueno, pues nada, para adelante”, responde Moya.

El presidente de la Audiencia de Las Palmas se opuso al incidente de recusación, al considerar que de esa conversación “no se desprende amistad íntima” con Ramírez y que desde 2016 ha dictado diversos autos en las causas contra el empresario, algunos favorables y otros desfavorables, “sin que hasta ahora se haya cuestionado” su imparcialidad.

Con respecto a Carlos Vielba, aludía a otra conversación grabada en la que este juez se ofrecía a mediar entre Alba y Ramírez para que limaran sus diferencias y planteaba que se reunieran “en una piscina” para evitar cualquier grabación.

En su respuesta al incidente de recusación, Vielba también niega la “amistad íntima” con Ramírez y hace una serie de precisiones sobre lo que considera “verdades a medias” de algunas de las acusaciones que se adhirieron a la solicitud de la fiscal. Este juez señala que es cierto que en 2016 acudió a una comida en el restaurante La Marinera invitado por el vicepresidente de la Unión Deportiva Las Palmas, pero precisa que a ese almuerzo “no acudió” Ramírez.

También admite que en 2018 ofició una boda del entonces director deportivo del club amarillo, a quien dice conocer desde su etapa de entrenador del Pájara Playas de Jandía “hace unos veinte años”, y aclara que no lo hizo a petición de Ramírez, de quien dice que tampoco acudió a la ceremonia.

“Cierto es que como abonado acudo a los partidos de la UD Las Palmas y que en el descanso coincido y hablo con distintas personas entre las que se encuentra Ramírez”, reconoce. Y sobre una fotografía de ambos (Vielba y Ramírez) juntos en las puertas de acceso a la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, señala que “sólo denota un encuentro casual”.

A modo de resumen, Vielba señala que la recusación se basa en dos grabaciones en las que no habla con el empresario investigado; en una comida en la que “cree que no asistió” Ramírez y de la que está seguro que “no le invitó”; en la celebración de una boda de la que está “prácticamente seguro” que tampoco asistió; en “coincidir” en los partidos de fútbol, y en un “encuentro casual” en los juzgados. “Hechos que además, y como fecha más cercana, se remontan a 2019”. concluye.

La Sala del 77 rechaza los argumentos de ambos jueces. En ambos casos son las grabaciones que tienen como protagonista a Alba (una de ellas registrada por Ramírez y la otra por el propio juez corrupto) las que acreditan, a juicio de esta Sala, las causas de recusación de Moya y Vielba, que no podrán intervenir en ninguna de las causas judiciales en las que está inmerso el presidente de la Unión Deportiva Las Palmas.