Guía de Buenos Aires: Corrientes, la Calle Florida y Recoleta

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La Calle Corrientes ejerce de espina dorsal de la ciudad de Buenos Aires y en su confluencia con la Avenida Nueve de Julio forma el corazón porteño (aunque el verdadero centro geográfico se encuentre en el lejano Parque Centenario en el barrio de Caballito) con el famoso Obelisco como emblema paradigmático. Pero vayamos por partes. No es mala idea empezar el paseo en la confluencia de Corrientes y Callao (Parada de Metro Callao; Línea B –rojo-) para disfrutar del tramo más espectacular de la calle. Aquí puedes ver las carteleras de los famosos teatros de Buenos Aires: en esta ciudad hay unos 300 teatros que van desde los grandes coliseos comerciales a las pequeñas salas independientes. Una curiosidad para los amantes de The Beatles.- Si eres un beatlemaníaco no dejes de pasar por The Cavern Café (Sarmiento 1617 –en un precioso complejo de teatros, bares y comercios-) un museo curioso que guarda una de las mayores colecciones del mundo sobre el mítico grupo de Liverpool. Llegamos a la Nueve de Julio y nos encontramos con el icono porteño por excelencia: el Obelisco. Si caminas un par de cuadras hacia la izquierda puedes hacer la foto combinando el propio obelisco y el monumento a Eva Perón que adorna la fachada del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Otro lugar ideal para hacer una foto chula es la Avenida Sáez Peña.

Dos teatros míticos y bajar hacia San Martín.- El Teatro Colón (Cerrito, 628) es uno de los emblemas culturales de Sudamérica. Puedes verlo por fuera y por dentro aprovechando su programa de visitas guiadas. ¿Merece la pena? Bueno. Hay gente para todo pero no deja de ser un teatro como los hay a patadas en Europa –aunque es bonito por dentro-. Otra opción teatrera es ver si está abierto el Teatro Nacional Cervantes (Libertad, 815), coliseo de la comunidad española y que por dentro es precioso y todo un homenaje al mudéjar español –fue fundado gracias al empeño y a la ayuda económica de la mítica actriz española María Guerrero-. Desde aquí puedes bajar por la Avenida Córdoba hasta la Calle Florida (otro de los mitos porteños). En el cruce de estas dos vías puedes ver dos edificios monumentales muy interesantes: las Galerías Pacífico (Córdoba, 550) y el Centro Naval (Florida, 801). En el primer caso estamos ante una antigua galería comercial de principios del siglo XX que pone de manifiesto lo que era esta ciudad en aquellos tiempos (hoy es un centro comercial aunque conserva buena parte de su grandeza). Y el Centro Naval es un precioso edificio acadamicista francés que es de los más lindos de la ciudad.

Pasea por Florida. Un poco para atrás (llega hasta las inmediaciones de la calle Tucumán) antes de volver sobre tus pasos para buscar las barrancas (taludes que llegan hasta las orillas del río) que forman la Plaza de San Martín. Esta plaza es muy bonita de ver. Aquí tienes como hito más importante el monumento al propio San Martín, dónde se representan las principales batallas que desembocaron en la independencia del país. En esta plaza tienes otro lugar que ver: el Edificio Kavanagh (Florida, 1065). Este lujoso rascacielos de apartamentos fue una de las construcciones más altas de toda Sudamérica durante décadas. Por desgracia no se puede ver por dentro. La foto de la Torre Monumental (Av. Dr. José María Ramos Mejía 1315) desde la Plaza de San Martín. Es una pena, pero los alrededores de esta torre reloj, levantada por los ingleses para conmemorar el primer centenario de la independencia, son bastante peligrosos para los turistas. Desde aquí puedes ver la Estación de Retiro (Av. Dr. José María Ramos Mejía), que es muy bonita. Pero también es un nido de carteristas al acecho (hemos tenido varios problemas en esa estación).

La librería más famosa y más bonita del mundo.- El Ateneo Grand Splendid (Av. Santa Fe, 1860) merece un apartado para sí misma. Un antiguo teatro que después fue cine y hoy es uno de los iconos más importantes de la ciudad. Una librería espectacular que trasciende su carácter comercial para convertirse en un reclamo turístico por méritos propios. El local es precioso y permite dar un paseo muy visual entre libros, antiguos palcos y plateas. Y puedes echarte un café.

Un paseo por Recoleta.- Pasear por Recoleta es ir pasando de Madrid a París cuadra a cuadra. Estamos ante uno de los barrios más exclusivos de la ciudad y el mejor lugar para verlo es la Plaza Carlos Pellegrini. A dos pasos de esta pequeña plazoleta con aires de monumentalidad puedes ver verdaderas joyas arquitectónicas como la Embajada de Francia (Cerrito, 1399), la Mansión Alzaga Unzué (Cerrito, 1455) o el Palacio Pareda (Arroyo, 1130). También desde aquí parte la Avenida Alvear en la que se apelotonan los edificios de porte parisino, los hoteles de lujo y las galerías comerciales que te llevan a las grandes capitales europeas. Aquí puede rastrearse el rastro de esa Buenos Aires opulenta que miró de tú a tú a las grandes potencias y que ahora se refugia en lugares como éste. La calle es flipante con edificios bellísimos como el Palacio Duhau (Av. Alvear, 1661) o la Residencia Maguire (Av. Alvear, 1683). La calle desemboca en otro mito porteño: el Cementerio de La Recoleta (Junín, 1760). Aquí puedes ver dos monumentos soberbios. Lo primero, entrar a la Basílica Nuestra Señora del Pilar y sus claustros, uno de esos escasos edificios de tiempos de España (es del siglo XVIII) que se salvó de la piqueta tras la independencia. Y el segundo es el propio cementerio, una ciudad repleta de obras de arte donde reposan los despojos de la élite porteña.

El Barrio tiene otros puntos de interés La Avenida del Libertador sirve de nexo para ir uniendo hitos como la imponente Biblioteca Nacional (Agüero 2502) –, la Floralis Genérica (Pres. Figueroa Alcorta, 2301), una escultura metálica en forma de flor que se ha convertido en uno de los emblemas de la ciudad o la dupla verde que forman las plazas de la República Oriental del Uruguay y la República de Chile. Estamos en una de las zonas más bonitas de la ciudad. Intérnate por el ‘barrio de las embajadas’ (en torno a la Calle Mariscal Ramón Castilla), uno de los pocos lugares de Buenos Aires donde las calles pierden la vocación rectilínea y forman paseos arbolados cuajados de palacetes (ya en la parte este de Palermo).

Museos de Recoleta; mucho que ver y dónde elegir.- Una capital de las dimensiones y la potencia cultural de Buenos Aires tiene una cantidad de museos inabarcable para una visita de tres o cuatro días. En la zona de Recoleta teneos varios de los más importantes. Los más genéricos son el Museo de Bellas Artes (Av. del Libertador, 1473), con una colección artística ecléctica con algunos maestros de la talla de El Greco, Rembrandt o Zuloaga, entre otros; el Museo de Artes Decorativas (Av. del Libertador, 1902), en el que se atesoran objetos y mobiliario vinculado a las élites argentinas de los buenos tiempos y el Museo de Artes Populares José Hernández (Av. del Libertador, 2373), que rinde honores a los artesanos populares amparados bajo la figura del autor del Martín Fierro. Otro icono de la zona es el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires –MALBA- (Av. Presidente Figueroa Alcorta, 3415) que suele tener exposiciones temporales de calado internacional. Hay otro museo curioso en la zona dedicado a una de las figuras históricas más controvertidas del país. En el Museo Evita (Lafinur, 2988) se hace un recorrido de la vida y la vida política de la mujer de Perón: para algunos una santa; para otros tantos la encarnación del mismísimo demonio. Es un museo curioso. Y sólo puedes elegir uno, pues centros como éste no lo vas a encontrar en otros lugares del mundo. Más allá de las polémicas, Evita es una figura esencial para entender a la Argentina de hoy.

COMER EN CORRIENTES Y RECOLETA

Trío de ases en apenas unas cuadras.- Aquí se concentran tres de nuestras pizzerías preferidas de toda la ciudad. En la misma Corrientes están dos verdaderos buques insignias como Güerrín (Av. Corrientes, 1368) y Las Cuartetas (Av. Corrientes 838). En ambos casos tienes pizzas enteras o en porciones de primerísima calidad. La tercera en discordia es nuestra preferida de toda la ciudad: El Cuartito (Talcahuano, 937). Para nosotros, aquí están las mejores pizzas de toda la capital. La de Roquefort es de otro mundo.

El mejor español en El Burladero (Pres. José Evaristo Uriburu, 1488).- Un español de verdad. Pero de verdad en serio. Rabo de Toro, croquetas, frituras como Dios manda… El Burladero fue, siempre, nuestro lugar para quitarnos las nostalgias. Eso sí, no es barato. Pero si tienes ganas es una buena opción. La única mesa de pintxos que merece ese nombre a este lado del Atlántico.

Fervor, una parrilla digna de La Recoleta (Posadas, 1519).- Es una de las mejores parrillas de toda la ciudad, pero no tiene nada que ver con las parrillas de barrio que hemos recomendado en otros artículos de esta guía. Esto es una parrilla de La Recoleta y no es barata pero es de las mejores de la ciudad por calidad y servicio. Hablar de precios en la capital mundial de la inflación no es fácil, pero calcula, como mínimo, unos 50-60 euracos por persona (a blue, por supuesto). Recomendado el Asado de campo para dos personas; ideal para hacerte una idea de los cortes más importantes.

Fotos bajo Licencia CC: Niels Mickers; David Berkowitz; Phillip Capper; Hernán Piñera; Barcex