'Palmeros en el Astrofísico'

La astrónoma de Garafía que estudia el Universo desde el Grantecan

Nieves Castro en la cúpula del GTC, con el instrumento EMIR a su espalda.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Cuando se inauguró el complejo de astrofísica del Roque de Los Muchachos tenía 9 años y este acontecimiento internacional le produjo cierto enfado porque las medidas de seguridad que se desplegaron por la presencia en el acto de jefes de las casas reales europeas, dejaron sin señal de televisión a Garafía, su municipio natal, lo que le impidió ver durante unos días los programas infantiles. En la actualidad, es astrónoma de soporte del Gran Telescopio Canarias (GTC). Nieves Castro nació en 1976 en Santo Domingo y desde pequeña quería estudiar Astrofísica. “Recuerdo que una maestra dio una clase especial relacionada con el sistema solar y las galaxias, y yo me quedé maravillada con lo que se podía hacer en los observatorios de Garafía. A partir de entonces decidí que yo me quería dedicar a eso. Y hasta ahora”, ha asegurado en una entrevista con La Palma Ahora. Su hermano, Norberto Castro, también estudió Astrofísica y en la actualidad trabaja en Estados Unidos. Como científica, su meta es “seguir ahondando en los orígenes de nuestras galaxias y conocer cómo hemos llegado hasta aquí”.

Con Nieves Castro, La Palma Ahora inicia una serie de entrevistas bajo el epígrafe Palmeros en el Astrofísico que tiene como objetivo dar a conocer la labor que desarrollan los profesionales naturales de La Palma en el complejo de observatorios de las cumbres de Garafía y en el Centro de Astrofísica La Palma (CALP).

-¿Dónde cursó sus estudios?

-Estudié hasta 8º de la entonces EGB en la escuela pública de Santo Domingo, en Garafía, donde nací, pero como todos los niños de aquella época si queríamos seguir cursando estudios teníamos que desplazarnos a Puntagorda para realizar la Formación Profesional o a Los Llanos de Aridane para hacer el Bachillerato. Yo, como desde los 9 años quería estudiar Astrofísica, me fui a Los Llanos. A los 14 ya me marché de casa para seguir estudiando. Cuando terminé el Bachillerato y COU, me trasladé a Tenerife para comenzar la carrera de Física, en la especialización de Astrofísica. Éramos la última promoción del plan antiguo de estudios de cinco años y todos tuvimos que ponernos las pilas para que no nos pillara el plan nuevo (yo lo comparaba con el típico puente de las películas que se va cayendo detrás de ti y sólo puedes ir rápido hacia delante). Finalizada la carrera, hice una tesina en instrumentación infrarroja en los observatorios de El Teide y posteriormente obtuve una beca para cursar la tesis entre la Universidad de La Laguna (ULL) y la Universidad de Basilea, en Suiza, sobre evolución de cúmulos de galaxias. Duró cinco años, de los cuales pasé la mitad del tiempo en Suiza y la otra mitad en Tenerife. 

¿Cuál es su trayectoria profesional?

-En 2007 obtuve mi primer contrato postdoctoral en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) para trabajar en la planificación y posterior aprovechamiento de datos de un satélite, Herschel, para la observación del infrarrojo lejano que estaba desarrollando la Agencia Espacial Europea (ESA) y la americana (NASA). Fueron unos años bastante interesantes desde el punto de vista profesional, y en 2009 se lanzó el satélite, que estuvo operativo hasta 2013 mandando datos con resultados nunca vistos. Desde la Tierra, debido a nuestra atmósfera, no se pueden observar a estas longitudes de onda, y hasta entonces no se había conseguido lanzar al espacio nada parecido. Después de esta experiencia, seguí en el IAC trabajando en el proyecto EMIR, un instrumento también para observación infrarroja, pero para el Gran Telescopio Canarias (GTC). Se trataba de desarrollarlo, montarlo con el grupo de ingenieros y probarlo antes de colocarlo en GTC. Como supongo que sabrán todos en La Palma, porque fue un acontecimiento, EMIR se colocó este año en el telescopio, concretamente en junio. Aún estamos en pruebas, pero obteniendo muy buenos resultados. La siguiente etapa profesional ha sido empezar este año como astrónoma de soporte en GTC. Los astrónomos que trabajan en el telescopio garantizan la calidad de la instrumentación y de los datos científicos que se obtienen con él. GTC es el telescopio más grande del mundo -que tenemos la suerte de tener en La Palma- y por tanto requiere unos estrictos controles de calidad para seguir obteniendo esos buenos resultados. 

-¿Cuál es su responsabilidad actual? ¿en qué consiste su trabajo?

-Como astrónoma de soporte, trabajo con el telescopio y con toda la comunidad científica internacional. En el fondo, tenemos que ser un poco multitarea: controlar la calidad de la instrumentación día a día, tanto de la que ya tenemos en el telescopio como de la que está por venir y se está desarrollando en otros centros (Florida, Madrid, etc.,); controlar la calidad óptima de los datos que salen de las observaciones cada noche para que el investigador en su institución reciba datos precisos y de forma rápida para realizar sus investigaciones; desarrollar herramientas para esos controles de calidad; trabajar mano a mano con el equipo de ingenieros del GTC. En resumen, el objetivo final es lograr que la ciencia que se realice con GTC sea la mejor, acorde con el telescopio más grande del mundo. Por otro lado, creo que una parte importante de nuestro trabajo es dar a conocer lo que hacemos y cómo lo hacemos, no solo a la comunidad científica si no también a todo el mundo, empezando por La Palma. Me siento muy orgullosa, como palmera y científica, de tener estas instalaciones en la Isla. Es un privilegio. Somos referente mundial en ciencia, cualquier astrónomo del mundo sabe dónde está La Palma. Aparte del trabajo más técnico, tengo un tiempo determinado en el que me puedo dedicar a mi ciencia, a continuar con los proyectos que ya tenía abiertos a medio camino entre el Centro de Astrofísica La Palma (CALP) y el IAC en Tenerife, así como a realizar colaboraciones internacionales (Alemania y USA, principalmente). Ahora mismo tengo varios campos de investigación abiertos, pero seguramente al que más tiempo le dedico es al estudio de la formación de galaxias cerca de la época en la que se formó el Universo. Es un tema en el que hay mucho todavía por descubrir y entender. Una época tan lejana en el tiempo y el espacio que si queremos estudiarla necesitamos tener telescopios tan grandes como GTC para poder conseguir resultados. Cuanto más grande sea el espejo del telescopio, más luz y objetos débiles y lejanos podremos detectar. Es un proyecto muy bonito que se llama Alba, porque precisamente queremos encontrar, dicho de forma más poética, las galaxias que se crearon en el alba de los tiempos, cuando el Universo salió del caos original y comenzó a ordenarse. Además de este tema y de la ingeniería, he tocado otros como la formación de la galaxias más cercanas a nosotros (años luz) y las nebulosas planetarias, que es una de las muchos fines que puede tener una estrella cuando muere (aparte de los conocidísimos agujeros negros). Pienso que no hay que encasillarse en un campo sino conocer de todo en esta vida para luego poder formarse una idea del conjunto del Universo. Aunque a veces no hay tiempo de todo.

-Su hermano, Norberto Castro, también es astrofísico.

-Pues sí, mi hermano pequeño también eligió el camino de la ciencia y de la Astrofísica. Hizo la tesis en Tenerife y posteriormente ha estado, con contratos postdoctorales, en varios países de Europa. Desde hace ocho meses trabaja en Estados Unidos. Para dedicarte a la Astrofísica, por lo menos en los primeros años de la carrera, tiene que gustarte viajar, irte de un país a otro para colaborar con la gente que te interesa, la gente importante en tu tema. Cuando tienes familia y niños, la cosa empieza a complicarse un poco más.

-¿Influyó el complejo de astrofísica del Roque de Los Muchachos en la elección de su carrera?

-El complejo de observatorios de las cumbres de Garafía creo que sí influyó bastante en la elección de mi oficio. En 1985 tuvo lugar la inauguración oficial de los telescopios, cuando yo tenía 9 años y estaba en 4º de EGB. Tengo varios recuerdos de ese verano. Por un lado, el hecho de que con la seguridad que se desplegó por la presencia de las casas reales europeas, la televisión en mi pueblo dejó de verse varios días, lo que provocó cierto enfado a una niña que quería ver sus programas infantiles; pero, por otro, recuerdo que una maestra dio una clase especial relacionada con el sistema solar y las galaxias, y yo ya me quedé maravillada con lo que se podía hacer en esas instalaciones. A partir de entonces decidí que yo me quería dedicar a eso. Y hasta ahora. Por este motivo me parece crucial la divulgación científica a todos los niveles, desde los niños en el colegio hasta las personas adultas que quieren saber un poquito más de lo que se hace en las cumbres y nuestro lugar en el Universo. O crear nuevas vocaciones científicas. Pero tampoco hace falta saber que existen unos observatorios en las cumbres para disfrutar del firmamento, porque sales una noche de verano en Garafía a contemplar el cielo y quedas maravillado para el resto de la vida. O te sientes pequeñito y quieres saber más de lo que hay allá arriba.

-¿Cree que los palmeros son conscientes de la relevancia que tiene esta instalación científica?

-Hay de todo, como en otros ámbitos. Están los que se sienten muy orgullosos de lo que tenemos, y los que, tal vez por desconocimiento, lo rechazan o tienen ciertos reparos. Desde que era niña he oído comentarios de todo tipo, tanto buenos como malos. Desde los que opinan que arriba se producen radiaciones raras, contaminantes, hasta los que dicen que estamos destrozando el medio ambiente. Como es lógico, las cosas nunca se pueden hacer sin pensar, hay que ver cuál es la mejor manera de realizarlas para ser respetuosos con el medio, pero sin dejar de progresar. De lo contrario, nos estancamos. Me considero ecologista y creo que casi el 100% de los científicos de todo el mundo también lo son. La Palma es una isla con mucho potencial de todo tipo, y el científico es uno de estos potenciales debido a su privilegiado cielo. Considero que tenemos aún mucho trabajo por hacer para dar a conocer a la gente lo que se hace arriba y participe de alguna manera.

-¿Cuál ha sido, hasta estos momentos, su mayor satisfacción como astrofísica?

-Como astrofísica he tenido muchas satisfacciones, con nuevos descubrimientos científicos, o con el lanzamiento del telescopio espacial Herschel en el que estaba trabajando. Pero la puesta en marcha del nuevo instrumento de GTC el pasado mes de junio ha supuesto una gran satisfacción para mí, ha sido muy emocionante comprobar que el trabajo de tantos años finalmente da sus frutos y todo encaja. Pero bueno, espero que esto no acabe aquí y pueda seguir teniendo nuevas alegrías en mi trabajo. La ciencia no es fácil en muchas ocasiones, investigas varios caminos para ver cuál es el verdadero, a veces tienes que volver hacia atrás y coger un nuevo sendero, por eso cuando llegas a un resultado concluyente, es muy emocionante. Es emocionante conocer cómo funciona el Universo, a dónde va, de dónde surgió la vida. Mi objetivo principal es seguir ahondando en los orígenes de nuestras galaxias y conocer cómo hemos llegado hasta aquí.

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