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Conferencia Política de los socialistas tinerfeños (I)

Juan Carlos Alemán / Juan Carlos Alemán

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He recibido correspondencia de la dirección de los socialistas Tinerfeños, y entre sus documentos se encuentra un díptico con la bandera de Tenerife, y en el reverso, el puño y la rosa.

Tal misiva me mueve ha recordar someramente nuestra historia común. Durante decenios, con perdón de La Gomera por su número de votantes, el autentico bastión del socialismo canario, ha sido la Agrupación Socialista de Tenerife y no ha sido fácil, ni ajeno al debate interno positivo.

Recordemos que la construcción de la comunidad autónoma provocó en el PSC una fuerte tendencia a concentrar los esfuerzos en la nueva estructura administrativa y política: la Autonomía. Ese esfuerzo dejó flancos abiertos a la derecha insularista, que encontró en el insularismo confrontador, un remedio a su orfandad postfranquista y programática.

No sería correcto ni autocrítico olvidar, que los socialistas reaccionamos mayoritariamente de una manera torpe, facilitamos la identificación de la defensa de los derechos de Tenerife como comunidad, con el insularismo, de tal forma, que, más Canarias parecía menos Tenerife.

Cuando José Segura, tras el pertinente estudio por parte del Cabildo, formalizó la actual bandera de Tenerife como institucional, fue tachado por muchos socialistas como insularista y no digamos cuando la dirección insular del Partido, sobre el año 1988, la incorporó a sus actos. Recuerdo aquel militante, que llegó a la sede de Calle del Si, y viendo los coches electorales con la bandera del PSOE y la de Tenerife pregunto si ya éramos de ATI.

Aquella diferencia provocó una fuerte fractura en el socialismo Tinerfeño. La isla y la nueva Comunidad Autónoma no podían ser algo excluyentes, aunque si competitivas, a dirección insular socialista, debía fijar su ámbito territorial, como centro de sus preocupaciones y valorar en su justo término la ofensiva insularista.

Por eso, nos empeñamos, en aquella dirección de unidad (87-97), de la que fui durante diez años secretario general, en incorporar la bandera y el nombre de socialistas tinerfeños a todos los actos del PSC-PSOE en la isla, además de pacificar, incluyendo, todas las opiniones del PSC. Fue una tarea colectiva, donde participaron múltiples dirigentes de hoy y de ayer y dio un fruto electoral extraordinario y de influencia política del socialismo tinerfeño, que terminó siendo una pieza central en los siguientes años de dirección autonómica del PSC.

Nadie acusaba a Felipe González de defender los intereses de España en Europa y nadie acusaba a Jerónimo Saavedra de defender los intereses de Canarias ante el Gobierno de España (modelo integración europea o REF). Por tanto, era igualmente razonable que nosotros defendiéramos los intereses de Tenerife, dentro de una enorme lealtad y solidaridad, entre otras cosas, porque el Congreso Insular del Partido y los ciudadanos nos habían mandatado para ello.

La derecha tinerfeña se quedó sin elementos objetivos para articular su discurso, falso, pero dañino. Las diferencias se fueron situando en sus justos términos, - derechas e izquierdas, conservadores o progresistas-, todos de Tenerife, si, pero con objetivos sociales y políticos distintos en casi todo.

Aquella operación política, de lealtad ejemplar, terminó ejerciendo un influjo positivo en el Socialismo Canario, con lo cual, todavía fortaleció mas el papel insular del socialismo Tinerfeño.

Se aportaban análisis y métodos organizativos practicados con éxito en Tenerife. Aquel proyecto pasó de la isla a la comunidad, acercando las organizaciones de las islas; no éramos un problema, más bien parte de la solución.

Curiosamente, en los años siguientes, se fortaleció el liderazgo de la Comisión Ejecutiva Regional al tiempo que el papel de todas las islas, que pasaron a formar parte de la misma con algo más que su Secretario Insular. Esto ya, no era sólo una organización de Tenerife y Gran Canaria. Éramos islas y éramos comunidad, éramos y somos: Canarias.

La unidad política de los socialistas tinerfeños no fue nuestra prioridad, permítanme que hable en plural, pues fue un proyecto de todos, renovadores y oficialistas, en términos de la época. Nuestra prioridad: integración y lealtad; sobre ellas, construimos el posicionamiento político.

El tópico anticuado,“sin unidad política no hay unidad orgánica”, está más próximo al monolitismo ideológico, que al socialismo integrador y poliédrico.

La fortaleza real del socialismo tinerfeño era y debe ser la capacidad y el esfuerzo de los dirigentes, en su amplio sentido, por integrar la diferencia, para trabajar juntos, por construir posición común, por ser tolerantes.

Socialismo es libertad, tolerancia, dentro y fuera; un partido incapaz de aplicar esa regla internamente, genera recelos externos.

En el último Congreso Insular se perdió una gran oportunidad para la integración ofertada por la nueva dirección. No entro en razones y valoraciones que desconozco, pero caminar juntos, ayuda; cambiar puntos de vista y de encuentro, ayuda; y la libertad, siempre ayuda.

La conferencia política puede servir para muchas cosas y podríamos debatir cien veces más el modelo de Desarrollo de Tenerife, su sistema de Trasporte, su Sanidad, su Educación, nada de esto sobra.

La influencia.- Pero en la sociedad actual, política y económicamente globalizada, es importante el diseño de altura. La mayoría de las grandes políticas, que marcan los territorios, tiene diferentes engarces institucionales supra insulares. El Puerto de Granadilla se ha combatido en Canarias, pero se ha parado realmente en Bruselas, en una lección del uso de los mecanismos democráticos ciudadanos.

Influir, es la palabra clave en la política moderna, pesar en las decisiones; porque la Sanidad, la Educación, los diseños económicos de desarrollo, los modelos de cooperación, etc. se definen también en otros lugares donde debemos estar e influir.

Zapatero es quizás, de los Presidentes de la moderna democracia española, que mejor ha comprendido esta manera de ejecución política, que no se hace sacando pecho, sino cabeza, cintura y colaboración leal.

Esta conferencia debe ser un punto de encuentro, de un partido compuesto de hombres y mujeres libres, eje de las libertades a lo largo de la historia y referencia indiscutible en la política de Tenerife.

La situación política invita, apremia, a ganar peso político en Tenerife. Debemos cambiar nuestros métodos y estilos, es vital aventar cualquier dogmatismo político en el debate; un compañero/a no es un radical porque defiende una posición o es un conservador/a por defender la contraria, dan pena y susto oír estas cosas.

Esa altura intelectual, digna de museo, debe ser sustituida por, quiero oír tu opinión de nuevo, no estoy de acuerdo, pero puede que tengas razón; darnos un margen para la duda y para la humildad intelectual.

La actual dirección tinerfeña del PSC-PSOE puede y debe cumplir una etapa histórica. Marcar un nuevo tiempo y un nuevo papel del Socialismo Tinerfeño. Las generaciones mas veteranas suelen mirar, en ocasiones, con cierta desconfianza a las nuevas; no es mi caso, quizás porque sufrí en mis propias carnes esa sensación.

Todos fuimos nuevos alguna vez. Ustedes traen valores propios de nacimiento, nosotros tuvimos que aprenderlos con riesgo, ¿son mejores? no, distintos, y como nosotros tendrán derecho a equivocarse en algunas decisiones y nosotros el deber de apoyarlos.

Tengo confianza en la construcción de una casa común habitable y la dirección tiene un papel fundamental, pero no único; todos debemos poner nuestro granito de arena.

*Diputado Autonómico por Tenerife. Secretario General de la Agrupación Socialista de Tenerife durante el periodo 1987-1997 y Secretario General del PSC-PSOE durante el periodo 1997-2007.

Juan Carlos Alemán*

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