La responsable del centro de NY que pagó a Garzón no entrega las facturas
MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
La acusación popular en la causa abierta en el Tribunal Supremo contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, por un presunto cohecho relacionado con unos cursos que éste dirigió en la Universidad de Nueva York, ha solicitado que deduzca testimonio por un posible delito de desobediencia a la vicedirectora del Centro universitario Rey Juan Carlos por no presentar los documentos que se le requirieron en relación con los pagos realizados al magistrado español.
El pasado 10 de junio, durante la declaración de Turégano en el Supremo, el instructor de la causa, Manuel Marchena, exigió a la responsable universitaria la presentación, antes del día 22 de ese mismo mes, del contrato mediante el cual se fijaron las condiciones retributivas del juez de la Audiencia Nacional, así como todas las facturas de los pagos que se efectuaron.
El mismo día que vencía el plazo, Turégano remitió un escrito al Supremo señalando que carecía de autoridad para aportar dichos documentos, adjuntando únicamente unos documentos de uso propio sobre el presupuesto de los cursos dirigidos por Garzón.
Según los abogados Antonio Panea y José Luis Mazón, que son los que ejercen la acusación popular en este asunto, Turégano no ha aportado ningún documento que justifique que la Universidad de Nueva York o su jefa en el Centro Rey Juan Carlos le hayan prohibido expresamente entregar la documentación solicitada, y tampoco consta que haya que yaya dejado de ser directora adjunta del centro. Por ello, consideran que la responsable universitaria ha cometido un delito de desobediencia por el que debería responder ante la Justicia.
Los abogados, autores de la querella contra Garzón que tramita el Supremo, acusan al juez de haber recibido 302.000 euros del Santander para la organización de los cursos en Nueva York y después haber archivado, a su regreso a la Audiencia Nacional, una querella contra el presidente de esta entidad bancaria, Emilio Botín.
CERTIFICACIÓN INCOMPLETA DE LOS PAGOS
En el escrito que remitieron este miercoles al Tribunal Supremo, los acusadores señalan además que del análisis de los documentos de uso interno que ha remitido Turégano al Supremo no se ha podido obtener el desglose de cifras que ella certificó como pagos durante la declaración que realizó el pasado día 10.
“Dan un resultado de 290.203,20 dólares, faltando en consecuencia 11.796,80 dólares para llegar a los 302.000” que habría cobrado Garzón por organizar los cursos 'Diálogos Transatlánticos' y 'Derechos Humanos y Seguridad Jurídica' en la Universidad de Nueva York entre 2005 y 2006.
Finalmente, Panea y Mazón interesan que se reclame a Turégano información desde julio de 2004 “a partir del cual el querellado pone en funcionamiento la máquina de recaudar dinero valiéndose del cargo mediante el cursado de cartas a destinatarios clave en los que la influencia y hasta el temor que infunde la petición de fondos por un relevante juez en cuyas manos las empresas tarde o temprano podían llegar a caer”, concluye el escrito.
Durante su declaración ante Marchena del pasado 10 de junio, la responsable académica explicó que no le consta que estén por escrito las condiciones económicas de la cátedra que ocupó Garzón durante su estancia en Nueva York , aunque sabe que se suelen cobrar unos “40.000 dólares” de sueldo, además de un equivalente a la seguridad social, una bolsa de viaje y una partida para alojamiento, más unos 10.000 dólares para la programación de actividades.
Además, precisó que Garzón “no recibió cantidad en metálico del Centro Rey Juan Carlos I como sueldo”, sino que el que entonces era director del centro, James Fernández, acordó “un 'paquete de compensaciones' que consistía en una cantidad monetaria a utilizar en viajes y matrícula de familiares”. En el primer año de su nombramiento, la cantidad abonada en este concepto fueron 26.000 dólares, mientras que para el segundo año tenía a su disposición otros 20.000 dólares.
Turégano explicó que la cátedra cuenta con una dotación económica “independiente de cualquier patrocinio” e incluida en los presupuestos de la Universidad de Nueva York. En particular, negó que algunos de los gastos abonados a Garzón fueran con cargo al patrocinio.
