“Esto se debe a un veto de Soria”. Con esta sentencia remató el promotor inmobiliario grancanario Jaime Cortezo unas declaraciones en las que manifiesta haber dado “por perdido” el proyecto de llevarse por delante el islote del Francés, en Arrecife. Aunque ha asegurado no tener constancia de ese veto, Cortezo ha llegado a esa conclusión para explicarse “el cambio de opinión del alcalde”, el popular Cándido Reguera. Las declaraciones las publicaba este lunes la edición canaria del periódico ABC, que en estas cosas del PP es un consumado experto. En ellas se descubre a un Cortezo nuevamente decepcionado con los políticos canarios, que se entusiasman con sus grandiosas ideas, sus iconos y sus arquitectos megaestrellas, y luego se derrumban ante la primera vicisitud, bien porque la ley prohibiría tanto entusiasmo o bien porque, por la propia deriva del empresario promotor, uno de sus más conspicuos enemigos ordena, manda y hace saber que a él, ni agua. Pero analicemos en qué ha consistido este nuevo desbarre del promotor de Hoya Pozuelo.