Gracias, Astrid

Perdomo era la espabilada, y Rita la que ponía la firma. El dúo, plenamente respaldado por José Manuel Soria, actuó con total impunidad en medio de un gobierno de Coalición Canaria y el Partido Popular que se había repartido las áreas de una manera absolutamente mercantil y hasta bíblica: que tu mano derecha no vea lo que hace la izquierda, por mucho que brame la oposición y los medios de comunicación críticos. Sólo de esa manera se puede entender que el PP hiciera exactamente lo que le dio la gana con los concursos de campañas publicitarias de Promotur, y hasta que concentrara el grueso de las adjudicaciones a un solo grupo empresarial, Omnicom, por el que -con la retranca que le caracteriza- preguntaba en diciembre pasado la parlamentaria Astrid Pérez. Quizás sospechando que todos los partidos políticos son como el suyo, su señoría se interesó por los contratos de Promotur con ese grupo que engloba a las más activas y afortunadas agencias españolas de publicidad, que lo mismo te hacen un spot turístico que te llevan la estrategia de imagen de un político o una campaña electoral propiamente dicha. Doña Astrid acudió por lo que vulgarmente se llama lana, y parece que el Gobierno le ha dado el rebaño entero, una vez trasquilado, por supuesto, e incluida la diputada en la trasquilada coral. Porque lo que hemos conseguido saber gracias a la señora Pérez es que fue ese grupo empresarial el que eligió el PP para otorgarle los concursos más suculentos de su última etapa, divididos convenientemente en tramos y con sus adendas, quizás porque la licitación inicial a todos les pareció insuficiente. Solo en estas famosas adendas, Canarias pagó a esas agencias peninsulares más de 3,6 millones de euros, es decir, en complementos a los concursos publicitarios que maquinaba Yolanda Perdomo y firmaba con aquella gracia insuperable la consejera Rita Martín. Y la crisis económica ya estaba detectada y evaluada, y de haberla previsto con antelación bien que presumió el mismísimo Soria. De momento, nadie ha ido al juzgado de guardia.