Soria eligió San Borondón

José Manuel Soria se presentó bastante relajado este martes al pleno de constitución del Cabildo de Gran Canaria. Parecía como si no le hubiera importado lo más mínimo perder la presidencia, algo que dio como imposible en la campaña electoral, cuando en sus encuentros con los empresarios llegó a asegurar que sacaría diecisiete consejeros. La tranquilidad soriana de este pleno contrasta con las eternas lágrimas de Pepa Luzardo, a la que no se le puede mentar el asunto de la derrota, so pena de que largue de inmediato una llorada a moco tendido. Soria tiene salida política, la vicepresidencia del Gobierno, que Paulino Rivero le adornará con tres o cuatro consejerías, una de ellas añadida a su cargo de número dos del Ejecutivo. Sólo tendrá que cambiar algunos conceptos, algunas banderas, algunas subidas a la parra, y aguantar el tirón el tiempo que se pueda. Atrás deja, en San Borondón, el nombre de la sala del auditorio donde se celebró el pleno, a Larry Álvarez como prueba indeleble, como brazo incorrupto del líder al que le llevó el maletín durante doce años.