Viaje relámpago con escaso margen de aviso

La Gomera es un bastión socialista que el Partido Popular de José Manuel Soria quiere tumbar desde hace tiempo. Para eso, el señor ministro realizó un fichaje estrella muy de los predilectos de la casa: un investigado por corrupción expulsado del PSOE precisamente por tal motivo, Javier Trujillo. Con él ha tratado de contaminar en la medida de sus posibilidades las informaciones relativas a los protocolos de seguridad aplicados en las varias fases sufridas durante el incendio para acabar asegurando que el pirómano es Casimiro Curbelo. En la estrategia de descrédito se incluyó, cómo no, una visita relámpago de Soria a La Gomera en la fase menos virulenta del incendio, antes del aciago sábado 11 en que se reavivó violentamente. Desde el Ministerio de Industria mandaron un telegrama al Gobierno de Canarias avisando de la visita cuando el avión ya estaba realizando las maniobras de aproximación a la isla, de manera que no hubiera tiempo de reacción y el protagonismo fuera en exclusiva de su excelencia. La visita, aireada convenientemente en los medios, consistió en una comparecencia ante la prensa en el cuartel de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y en irse a continuación a comer con los dirigentes del PP gomero. En aquellos momentos el fuego estaba bajo control y se rebajó su nivel de emergencia, lo que no supuso que desaparecieran las brigadas y los medios del Gobierno de Canarias. Como se puede apreciar en el vídeo adjunto, tomado por un vídeoaficionado en una posición privilegiada, el día 8 todavía estaban los helicópteros del Gobierno refrescando las zonas afectadas por el fuego. Nadie podía sospechar entonces que tres días después, por la mano de los pirómanos y por las cambiantes condiciones meteorológicas, el descontrol sobre las llamas se transformaría en lo que se transformó.