Un arreglo deprisa y corriendo

Venimos diciendo desde hace tiempo que Soria tiene muy fácil demostrar públicamente que no se aprovechó de su cargo ni de favor político alguno para disfrutar gratis de un chalet en Santa Brígida. Le hubiera bastado con presentar los recibos mensuales de ingreso en una cuenta de los propietarios, o el formulario 347 a Hacienda, en el que se declaran diversos conceptos fiscales y en el que deberían aparecer los alquileres de este tipo de empresas. No lo han hecho ni el arrendatario ni los arrendadores, quizás porque de repente descubrieron que se habían olvidado de pagar y de cobrar. Y se dieron cuenta hace un par de meses, cuando la revista Interviú descubrió de quién era el chalet y cómo se gestionaba. A partir de ahí se desencadenaron las prisas, y como ya no podían liquidar las retenciones por los alquileres de 2004, ingresaron las correspondientes a 2005 prácticamente el otro día y presentando las cuentas fuera de plazo. Pero, ¿quién pagó los alquileres? Porque José Manuel Soria no fue.