Algo huele a podrido en Buenos Aires

La mano inocente de algún jefe de sección del periódico El Día quiso que en su edición de este jueves aparecieran juntos dos titulares muy elocuentes, a la par que golosos: a una columna, de salida de la página 5, “Exigen medidas para minimizar los malos olores en Buenos Aires”, y junto a éste, a cuatro columnas, un titular marca de la casa, de esos llamados a hacer amigos aun a costa del periodismo y del rigor informativo: “El juez 'ignora' a Bermúdez”. Si tuviéramos la mala baba que destila el editor de este periódico, don Pepito, que aplica sin piedad la balacera contra todo aquel que se mueva sin adoptar la correspondiente actitud genuflexa, podríamos afirmar que los malos olores de la calle Buenos Aires proceden del insigne editor, entregado últimamente a tiempo completo a esparcir sus excreciones hacia los cuatro puntos cardinales empleando para ello un vetusto ventilador que activan a pedales sus dos boteros de salón, los tales Peytaví y Chaves, sufriendo en silencio, como aquel de las almorranas, el pestazo a bosta rancia y la imposibilidad de enfocar el aparato hacia sus sudorosas testuces. El otro titular, el de las cuatro columnas, está tan lleno de imprecisiones e inexactitudes como de cargazón pepera. Porque afirmar que “el juez ignora a Bermúdez” por no haberle contestado “una carta” es de una mala leche solo superable por la ignorancia de quien escribe que los alcaldes se dirigen a los jueces por carta, y que el tiempo que los señores de las puñetas se tomen en contestar a las autoridades refleja desprecio. Sublime.