La lista al Ayuntamiento de Las Palmas

De todas maneras, nos cuentan los analistas internos, la tirantez González-Franquis no pasará a mayores por dos motivos: a) la contrastada capacidad socialista para la disciplina y la autoflagelación orgánica, y b) porque una cosa es que se distancien un poco Eduardo y Chano y otra que se echen a pelear, que no es el caso. Les unen destinos comunes en lo universal versión insular, si bien les separan las ganas que tiene Eduardo González de ser él y sólo él quien, desde la Insular, controle las negociaciones con Arcadio Díaz Tejera y la confección de la lista de la ciudad de Las Palmas. El propio González se muestra satisfecho de la marcha de las conversaciones con el candidato y asegura que los tiempos los marca él: tanto en las negociciones como en la forma que aplicará para darlos a conocer dentro y fuera. Luego están otras listas. Por ejemplo la del Parlamento. A Eduardo se le pudo escuchar la otra noche en Canal 8 decir que sus compañeros claman por que él esté en la lista al Parlamento, un clamor que no hemos registrado aún en nuestro chismógrafo ni en las mediciones de Sofres. Pero doctores tiene la Iglesia, y no estamos llamados nosotros a ser quien quite la ilusión a nadie. Por cierto, aprovechando que hablamos del secretario general socialista de Tamarán, informarles de que aún no dispone del cien por cien de su tiempo para dedicarlo al partido: ni está liberado ni ha abandonado su trabajo particular. Les insinuábamos el otro día que el hombre había alcanzado su objetivo de tener más dedicación a la política, pero todavía no lo ha conseguido. Nuestro gozo en un pozo.