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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Ni sus testigos, oiga

Llevó tres testigos a juicio este jueves el vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria, en su intento por meter en la cárcel al ciudadano Francisco Cabrera, que osó señalarle con el dedo en la comisión parlamentaria de investigación del pelotazo eólico que no pudo ser. Con esos testigos (José Miguel Pintado, Gonzalo Piernavieja y Miguel Jorge Blanco), el presidente del PP trataba de demostrar que la empresa Megaturbinas de Arinaga no se podía presentar al concurso eólico. De haber sido cierto, cosa que no pudo siquiera probar este jueves, la empresa pública habría hecho bien en dejar expedito el camino a Promotora de Recursos Eólicos, el chiringuito de los Esquivel montado dos meses antes del concurso con el muy noble fin de forrarse con la ayuda de Soria. Miguel Jorge Blanco reconoció que en aquel acalorado consejo de administración en el que saltó el escándalo, telefoneó a Larry Álvarez para pedirle instrucciones: el Cabildo ordenó que la empresa se retirara. Seguro que Soria lo niega.

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