Espacio de opinión de Canarias Ahora
La dimisón diaria por Julio Cruz
Guerra no es perfecto, pero su entrega, su compromiso con el club y su educación han quedado más que demostrada. Ahora parece víctima de la prepotencia del catalán, que aparenta no tener jefe alguno que le lleve la contraria en nada, con lo peligroso que eso suena. Esa misma prepotencia que inocula a muchas de sus declaraciones ?como las hechas sobre Jorge Santana-.
La misma que pasea en todas sus comparencias y que sólo esconde tras las derrotas y cuando habla con los dirigentes. Una prepotencia inexplicable en alguien con el ego de un científico aunque sea únicamente entrenador de baloncesto. Pero la culpa de todo lo que pasa en el Granca no es de ese técnico. Es de quien se lo permite. La continua dimisión de los consejeros en la vida diaria de la entidad deja a Maldonado con un superior directo, Himar Ojeda, que hace poco era su subordinado. Así que el entrenador de turno decide, por ejemplo, pasar de la cantera y sentirse por encima del bien y del mal. Y aquí nadie dice nada. Maldonado fichará por otro equipo mejor desde que pueda, y luego? un solar.
Julio Cruz
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