Espacio de opinión de Canarias Ahora
Los sin techo, un año más
La pregunta que nos lanzan cada año desde O.N.G.s como Cáritas al resto de la sociedad que vivimos con menos dificultades y con más medios, es qué podemos hacer para buscar solución a estas personas. Primeramente deberíamos cambiar esos estereotipos que tenemos respecto a estos ciudadanos. Son las distintas administraciones, son los medios de comunicación, es la sociedad en general la que estigmatiza a estas personas como ciudadanos relacionados con el alcohol, las drogas, la prostitución, etc. Realmente nos llevaríamos una sorpresa si observáramos con detenimiento las cifras que da Cáritas para darnos cuenta que no es así, sino que estamos hablando de personas, incluso, con un nivel educativo medio y medio-alto.
Los que nos situamos en mejores situaciones de vida, y con el disfrute de un hogar también podríamos caer, por cualquier circunstancia en esta situación. Nadie escapa hoy día a convertirnos en personas vulnerables a esta condición. Es más, las demandas de servicios de Cáritas y servicios sociales municipales no sólo no decrece, sino que en los últimos años se ha visto aumentada. Y todo ello, relacionado, o bien con la pérdida de trabajo, o bien, fruto de una desestructuración familiar: separaciones, divorcios.
La sociedad los sigue rechazando, a pesar de que ellos no eligen la calle ni el cielo o las nubes como su mejor techo. Han quedado fuera del tren de la sociedad productiva. Además molestan, son la cara fea para nuestros turistas y viandantes. Son transparentes en nuestras plazas, parques y calles. No interesan, ni siquiera a los medios de comunicación, salvo una vez al año, o en algún programa de investigación.
A esto le añadimos lo que ha denunciado Cáritas en esta semana, falta las ayudas para el transporte, y lo más grave, la falta de atención sanitaria de estas personas, donde no pueden acceder a nuestros centros de salud ni ser atendidos de enfermedades crónicas que padecen. Con ello, se hace más difícil todavía, su inclusión en nuestra sociedad. Una verdadera situación de precariedad absoluta.
Me gustaría terminar este recuerdo para este colectivo añadiendo al debate algo de lo que muchos me acusarían de demagogia, pero quiero expresarlo como tal. Tuve la suerte de trabajar en el servicio de los “sin techo” de Cáritas de Canarias y no puedo más que retener en mi retina los cientos de casos que pasaban por este servicio pidiendo auxilio a sus necesidades. Aún así, la clase política y no política se esfuerza en expresar al resto de las bondades y bienaventuranzas de una monja que se llamaba Maravillas, o de un tren guiado para la isla de Gran Canaria, o de una Policía Autonómica. Seguramente sea yo el que no haya caído en la cuenta que la monja será la que cuide y mantenga a estas personas sin hogar, o que sea el tren guiado el que los transporte de albergue en albergue, y que los una entre ellos, o que sea esa Policía Autonómica la que vele por su seguridad. Para no cansarles, acabo con el artículo 47 de la Constitución Española: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho (...)”. Sé que muchos en estos momentos están contando la cantidad de pisos vacíos que hay en nuestros alrededores.
* Presidente de la Asociación Plan Estratégico Ciudad de Telde y Vicepresidente del Consejo Escolar Municipal de Telde.
Antonio Hernández Lobo*
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