La confusión de negocios con política nunca ha sido muy saludable, por mucho que al PP de Canarias le haya ido bien de momento, al menos en el terreno electoral, y a las pruebas nos remitimos. Debe ser por esa tranquilidad que les otorga sentirse respaldados en todas sus actividades por el electorado fiel por lo que algunos y algunas continúan mezclando las actividades privadas con las influencias públicas. El último y cantoso ejemplo saltó esta misma semana en el municipio majorero de Pájara, donde de buenas a primeras descubrimos a un hiperactivo Partido Popular reclamando al Ayuntamiento el pago de una supuesta deuda en favor de la empresa de Juan Cardona Melián, concesionaria del servicio municipal de transporte de viajeros. Además de un comportamiento bastante discutible por parte del transportista, que ha abandonado la prestación del servicio de manera arbitraria y cuasi traicionera, la noticia a nuestro juicio ha estado en los métodos usados para colocar al Ayuntamiento como moroso, al parecer falso moroso, y forzarle a pagar lo que la institución asegura que no debe. Veamos.