Larry, gallardonista de vista

Tiene una paciencia sin límite el que fuera número dos del PP canario, Larry Álvarez, hoy recluido en los fríos bancos de la oposición del Cabildo de Gran Canaria tras caerle gordo al líder, José Manuel Soria. Leal al partido y elegante en todas sus manifestaciones públicas, Álvarez no está aprovechando los primeros síntomas de debilidad de su mentor para calzar por él y montar un movimiento alternativo. Así es al menos en apariencia, por mucho que declare a las radios que “Alberto hace falta”, en referencia a Ruiz Gallardón, al que Rajoy quiere convertir en talismán. Un periodista de la Ser le preguntó a Larry si conocía al alcalde de Madrid y la contestación fue de una profundidad política que dio hasta grima oírla: “He coincidido con él en algún acto para el que ha venido a Canarias, pero nada más”. Gallardonista hasta la médula, oiga.

Tiene una paciencia sin límite el que fuera número dos del PP canario, Larry Álvarez, hoy recluido en los fríos bancos de la oposición del Cabildo de Gran Canaria tras caerle gordo al líder, José Manuel Soria. Leal al partido y elegante en todas sus manifestaciones públicas, Álvarez no está aprovechando los primeros síntomas de debilidad de su mentor para calzar por él y montar un movimiento alternativo. Así es al menos en apariencia, por mucho que declare a las radios que “Alberto hace falta”, en referencia a Ruiz Gallardón, al que Rajoy quiere convertir en talismán. Un periodista de la Ser le preguntó a Larry si conocía al alcalde de Madrid y la contestación fue de una profundidad política que dio hasta grima oírla: “He coincidido con él en algún acto para el que ha venido a Canarias, pero nada más”. Gallardonista hasta la médula, oiga.