El crecimiento experimentado en la audiencia de La Nuestra (de ellos) no se ha producido precisamente por la irrupción de nuevos programas y formatos de la era García, sino por espacios heredados de etapas anteriores (En clave de Ja, La Bodeguita de Julián...), por el regreso del fútbol a la parrilla y por la adquisición de paquetes de cine de alta calidad que a través de la Forta, federación de televisiones autonómicas de la que forma parte la canaria. Pero, además, el personal ha tenido que regresar al sofá, las roscas y la cervecita para ver una peli ante la cada vez más extendida imposibilidad de gastarse seis euros por barba en la entrada de un cine. Que hasta en estas cosas se está notando ya la puñetera crisis. Porque si fuera por programas como Plan 7 (1,2 millones de euros y apenas un uno y pico de audiencia), la tele de Paulino y Willy no la vería ni dios. Por cierto, que la Mamandurria TV de ahora cuesta 30 millones de euros más que la tele que en 2003 conseguía un récord de audiencia hasta ahora no superado.