Si es que ya no se puede uno ni morir, al menos pobre. Las obras de ampliación del cementerio de Las Palmas (Vegueta) están ya prácticamente finalizadas, a pesar de lo que en su momento se dijo de la imposibilidad de hacerlo. En total, 351 unidades de enterramiento para los que pasan a mejor vida (261 nuevos nichos, un panteón con otras diez unidades más y otros ocho nichos con capacidad para 10 cuerpos). Así que la empresa contratada por el Ayuntamiento para la gestión de los cementerios del municipio ya ha puesto a merced de todos los ciudadanos en disposición de estirar la pata todos estos nuevos echaderos. Bueno, a disposición de quien se los pueda costear porque alquilar -ya no es posible adquirir un nicho en propiedad- una unidad de enterramiento (versión soft del asunto) cuesta 1.108 euros si se opta por una concesión de 50 años, o 258,74 euros si se prefiere alquilar la plaza por cinco años. Si a eso se le añaden los costes, la lápida (mármol del bueno, por supuesto), la caja de pino, flores, donativo al cura, no hay quien se muera. Y nada les decimos lo que les queda a los deudos, tirando de las dichosas escaleras mamotréticas para colocar unas flores de recuerdo.