De Félix Santiago se puede decir sin riesgo a incurrir en error que es un empresario como la copa de un pino. Su compromiso con Manuel Freire, padre del frustrado candidato cameral, y su rechazo al Zorro Plateado le llevaron a donde le llevaron en las pasadas elecciones, pero en rigor ejecutó un mandato de la patronal de la construcción que otros trataron de camuflar para salir airosos de las traiciones. Pero si Félix Santiago es empresario, Valentín Parejo, otro de los conjurados de este jueves, no puede presumir de lo mismo. Es el director de El Corte Inglés para Canarias, y pese a haberse comprometido ante sus propios superiores y ante las fuerzas vivas de aquí a apoyar a Tadeo, se inclinó al final por Freire. Ahora trata de reconducir su error, pero mucho nos tememos que ha puesto en peligro demasiadas cosas como para recibir el perdón. Meloneras es una de ellas.