Otra cosa podrá negársele a Carmelo Vega, ex alcalde de Santa Brígida gracias a sus ex compañeros del Partido Popular: es persona piadosa y muy creyente. La simple lectura del acta correspondiente al último pleno de ese Ayuntamiento así lo atestigua. En la discusión acerca del derecho a intervenir en las sesiones para aquellos concejales expulsados de su partido y del poder, Vega interpela al alcalde que le descabalgó del siguiente y muy dramático modo: “¿Qué he hecho yo para merecer que no me permitan siquiera hablar en un pleno para justificar mi voto?, porque entiendo que estoy en una situación donde ni estoy en el Grupo Mixto ni estoy en el grupo de gobierno porque fui expulsado del mismo. Solicito que se me indique por escrito en qué he pecado para no permitírseme ni pensar ni rezar, que es lo más elemental para sobrevivir”.