Una joven policía ?no sabemos si de la local, prestada por Miguel Zerolo, o del Cuerpo Superior- escolta a Paulino Rivero en los días en que tiene que asistir a sesiones del Parlamento de Canarias. La agente acompaña al presidente sólo hasta la entrada del hemiciclo. Pero también se le ha visto acompañando a la primera autoridad autonómica a las siete de la mañana, mientras el señor Rivero se entrena de incógnito corriendo a buen ritmo por las calles de Santa Cruz, sin necesidad del dorsal número 1 y luciendo un envidiable estado de forma.