Irrepetible, a la par que elegante, la entrevista publicada este jueves en Canarias 7 (la de La Provincia estuvo bien, pero sin palio ni nada) en la que José Manuel Soria lanza los primeros mensajes de campaña, corrige recientes meteduras de pata, abre puertas, cierra ventanas y, sobre todo, se columpia en el tópico como sólo él sabe hacer mejor que nadie. Por no mencionar su hasta ahora desconocida capacidad para la videncia: “Se fragua un enorme cambio hacia el centro reformista; lo veo, lo palpo, tengo la convicción (...) fruto de la reflexión y el análisis”. Tal aserto de pitonisa se quiebra, sin embargo, cuando se someten a la prueba del algodón otras sesudas reflexiones, como cuando se le pregunta astutamente por los pactos para después de las elecciones. Lejos de lo dicho por él y por Arenas, Soria ya no habla del confirmado y sellado pacto con CC, sino de una cosa que él llama “pacto con los ciudadanos”, lo cual nos lleva automáticamente a pensar que alguien mintió cuando aseguraron que con los nacionalistas, hasta el fin del mundo. O miente ahora Soria. Exitante, por otro lado, la respuesta soriana a la pregunta sobre lo “apasionante” del doblete soriano, con onomatopeya incluida: “Apasionante...¡mhh!”, para que nos lo imaginemos en ese instante llevándose su mano derecha al mentón y perdiendo la mirada más alla del infinito. Pero lo mejor es una frase que pasa desapercibida y que o se saca a titulares: “Siempre digo que respecto a la política, sólo se elige una vez”. Muy bien, entonces cabría preguntarse qué hacemos ahora con Marco Incomparable, Francisco Valido, Mercedes Roldós, Óscar Bautista, Carmelo Vega, Coca de Armas, Isidro Galván y de paso, con un tal José Manuel Soria, ex asesor socialista hasta que descubrió eso del centro reformista y olé.