Fiesta de la ciencia en la Residencia de Estudiantes
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El Centro Dramático Nacional (CDN) rinde homenaje a la Residencia de Estudiantes con el montaje 'La Colmena Científica o El Café de Negrín', de José Ramón Fernández, dirigida por Ernesto Caballero, que estará en cartel en la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero hasta el 14 de noviembre.
Es la primera vez que se recrea en teatro la vida en los populares laboratorios de la Residencia en los que sobresale la presencia del joven y brillante científico Juan Negrín (a quien Santiago Ramón y Cajal convenció para rechazar ofertas magníficas y aceptar este trabajo). En su laboratorio destacó la presencia de Severo Ochoa pero también del pedagogo Ángel Llorca o del poeta José Moreno Villa.
A través de la evocación de este último desde su exilio en México, José Ramón Fernández reflexiona sobre el diálogo que el científico e intelectual mantiene con el mundo que le rodea. “Se trataba de plasmar en 65 minutos el espíritu de la Residencia de Estudiantes, su alegría de vivir, la idea de la cultura y la ciencia como algo gozoso, la de país basado en la tolerancia y la cultura que tenga como base la educación y el avance científico, algo que podríamos encontrar hoy”, ha explicado el autor.
El dramaturgo explica que la obra apenas tiene errores “pero sí mentiras gordas” como el encuentro inexistente entre Ramón y Cajal y Severo Ochoa, una licencia que se ha permitido “a raíz de datos ciertos y frases de los personajes”.
PERSONAJES MUY HUMANOS
Fernández ha buscado la humanidad de todos estos intelectuales, hombres reales a los que a veces se les mira desde las alturas. “En aquella época eran todos chicos jóvenes que cantaban y hacían bromas, que estaban muy vivos. Todos experimentaban y se observaban unos a otros: músicos, pintores, escritores, científicos”, apunta.
Para el autor, muchos de estos personajes son verdaderos desconocidos para el gran público y este montaje ayudará a descubrirles. “Tenía una gran responsabilidad con esta función por el respeto al proyecto de país de la Residencia de Estudiantes”, ha confesado.
En este sentido, el director de escena, Ernesto Caballero se propuso mantener esta línea y mostrar “personajes que son seres humanos, con sus conflictos y contradicciones, quitándoles solemnidad y evitando que parezcan conscientes de su posteridad en sus expresiones”.
El espacio escénico, a cargo de Curt Allen Wilmer, es “un espacio metafórico no descriptivo” y los actores pueden ser residentes actuales que comentan o critican lo que se cuenta en la obra. “Son artistas versátiles que han sabido captar bien ese espíritu colectivo y que se han entregado a los ensayos como también lo hicieron en sus laboratorios Severo Ochoa o Negrín”, señala.
Alicia Gómez-Navarro, Directora de la Residencia de Estudiantes, y José García-Velasco, Comisario del Centenario coincidieron en resaltar la emoción que supone este proyecto y que “responde al espíritu” de aquellos años de principio del siglo XX. “La obra no sólo contribuye a recuperar una época sino lo que significa esa tradición en la España presente”, afirma García-Velasco.