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¿Un club del siglo XXI?

Llegados a este punto, en el que el Cabildo (como propietario del CB Gran Canaria) parece dispuesto a variar el rumbo de la entidad claretiana -tras casi 20 años de presidencia de Lisandro Hernández-, considero que toca hacerse una pregunta fundamental: ¿qué Granca queremos?

Por los movimientos del propietario, evidentemente, el objetivo es dar con la fórmula para convertir al club de la Vega de San José en una empresa autosuficiente (o lo que es lo mismo, que no viva todos los años casi en exclusiva de las subvenciones de Papá Cabildo), moderna, profesional y que a nivel deportivo mantenga el progreso de la última década.

Para ese viaje, en el Cabildo parecen dar por finalizada la etapa de Lisandro Hernández y su núcleo duro al frente de la directiva. Lógico, sobre todo, por su ineficacia en la gestión económica y por su poca dedicación a las tareas diarias de una entidad que, instalada en la elite de la ACB, requiere de una dosis superior a la de figurar.

Ahora bien, ¿es el hombre Joaquín Espinosa? Decano del Colegio de Abogados de Las Palmas, ya ha advertido públicamente que el tiempo que dedique al Granca será el que pueda arañar de su tiempo libre. Por lo tanto, aparenta más de lo mismo a nivel directivo. Y eso si ni siquiera entramos a detallar su experiencia como gestor de una entidad deportiva (hace ya más de 20 años).

No juzgaré a Espinosa, hombre al que no conozco y del que, en las últimas horas, sólo he recibido buenas palabras (que subrayan su pasión por el Granca y por el baloncesto). Pero dudo, salvo plan magnífico (con un director general con mando en plaza), que sea el hombre indicado para llevar al CB Gran Canaria a un estadio superior.

Porque, más allá de resultados, el CB Gran Canaria necesita, de entrada, un gran patrocinador. Luego, deberá fidelizar el apoyo de todos los mecenas con los que cuente. Después deberá convertir el club en una sociedad autosuficiente. También le tocará erradicar ciertos desmadres internos. Y tendrá que empezar a ganar peso dentro de las asambleas de la ACB, obtener recursos para poder formar la mejor plantilla posible y asentar las bases de un gran proyecto.

Así que ante esta solución de continuidad, de cambio de cromos y pocos más, me pregunto varias cosas: ¿Queremos un Granca del siglo XXI? ¿Queremos un gestor capaz de pelear en todos los frentes por los intereses del Granca? ¿Tiene respuestas a esas preguntas el Cabildo? Y, por encima de todo, ¿sabe el grupo de gobierno del Cabildo lo que se tiene entre manos?

martin@canariasahora.com

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