El motor impulsor de las startups exitosas: la escalabilidad
Si algo caracteriza a las startups es su alto potencial de crecimiento. Desde sus inicios, estas empresas están diseñadas para llegar lejos en un corto período de tiempo. Sin embargo, para tener éxito en su cruzada, necesitan poseer otra propiedad fundamental: la escalabilidad.
La escalabilidad es la capacidad de una empresa para expandirse internacionalmente y aumentar sus beneficios sin tener que reinvertir en la misma proporción en la que aumentan sus ingresos. Es decir, el costo de prestar un servicio o fabricar un producto nuevo debe disminuir a medida que la empresa crece, mientras que el precio del mismo se mantiene constante. Aunque la producción se incremente, los recursos necesarios para ese crecimiento no deben aumentar en la misma proporción. Se trata de productos cuyo costo de fabricación se mantiene estable independientemente del número de unidades producidas. De esta forma, a medida que se generan más ingresos, también crece el margen de negocio.
Es importante destacar que una empresa no se clasifica como startup únicamente por haber sido fundada recientemente, pertenecer al sector tecnológico o recibir financiación de inversores privados. Las verdaderas características que diferencian a las startups de otras pequeñas empresas jóvenes, como las pymes, son su rápido crecimiento y su capacidad de escalabilidad.
La sed de crecimiento rápido está arraigada en el ADN de las startups. No son empresas que, por casualidad, tengan éxito y crezcan rápidamente; desde su concepción, están diseñadas para lograr ese objetivo (aunque algunas no lleguen a alcanzarlo).
Por ejemplo, un restaurante o una peluquería tienen metas y modelos de negocio muy diferentes a los de un motor de búsqueda en Internet como Google. Una de las principales diferencias radica en que los primeros no son escalables. Por lo general, para que una empresa crezca rápidamente, debe ofrecer un producto o servicio que interese a un gran número de personas, llegar a todos esos clientes potenciales y satisfacer sus necesidades. En el caso de los restaurantes y las peluquerías, atender a los clientes de forma presencial limita su capacidad de crecimiento, ya que pocos estarían dispuestos a viajar largas distancias para visitar un establecimiento en particular y, además, es probable que el local no tenga capacidad para albergar a todos los clientes.
Sin embargo, simplemente dedicarse al desarrollo de software no garantiza el éxito escalable. Es posible que la empresa se dirija a un mercado muy específico o a un grupo reducido de usuarios, lo que limitaría su potencial de crecimiento.
La escalabilidad no es una categoría binaria, sino que existen diferentes grados dependiendo de las características del negocio. Por ejemplo, una empresa que fabrica productos a mano o que ofrece servicios altamente especializados será menos escalable que una empresa que produce productos de manera industrial y automatizada. En ambos casos, existirán costos de fabricación y distribución que limitarán el potencial de crecimiento.
Las empresas de telecomunicaciones suelen tener una mayor escalabilidad. Esto se debe a que el costo de adquirir un nuevo cliente es prácticamente nulo, mientras que los ingresos generados por cada nueva suscripción incrementan significativamente la rentabilidad del negocio.
Los costos iniciales más importantes para las empresas de telecomunicaciones son las instalaciones de líneas. Sin embargo, las startups dedicadas al desarrollo de software son inherentemente más escalables. Una vez que se crea la primera versión de un programa o aplicación, los costos de producir copias adicionales son marginales, especialmente cuando se distribuyen a través de Internet. Aunque en algunos casos particulares, ciertas características del producto pueden reducir la escalabilidad del negocio, como la necesidad de adaptaciones a las infraestructuras informáticas de los clientes o un proceso de consultoría previo.
No obstante, las empresas más escalables por excelencia son aquellas que ofrecen herramientas SaaS (Software as a Service). Estas plataformas, como Skype, Google y muchas startups, desarrollan soluciones universales disponibles en la web, donde los usuarios las descargan o utilizan en línea, pagando una suscripción o un producto específico. Este modelo no requiere inversiones en producción o distribución por parte de la empresa. Empresas reconocidas como Spotify o Amazon también siguen esta dinámica.
Entre las claves para lograr la escalabilidad en una startup, más allá de la idea y el modelo de negocio, se encuentran la automatización de procesos, una sólida estrategia de marketing y la externalización de tareas y servicios cuando sea posible. Además, es necesario considerar la infraestructura y el soporte tecnológico para respaldar el crecimiento del negocio, como el manejo de visitas o descargas en un sitio web.
La adaptación a diferentes etapas de crecimiento, así como la capacidad de ajustar el ritmo o disminuir cuando sea necesario, también son puntos importantes a considerar. Sin embargo, el objetivo final es alcanzar una economía de escala, donde a medida que la producción aumenta, el costo por unidad producida disminuye. Cuanto más se produce, menos cuesta generar cada nueva unidad.
Para los emprendedores, la escalabilidad debe ser uno de los aspectos clave en torno a los cuales se construye su plan de negocio. En The Crowd Angel, consideramos este factor fundamental al seleccionar las startups con mayor potencial de crecimiento.
La escalabilidad, entonces, es un componente esencial de las startups exitosas. Les permite crecer exponencialmente sin comprometer la calidad o la eficiencia de sus productos o servicios. La capacidad de internacionalizarse y aumentar los beneficios sin una reinversión proporcional es una ventaja competitiva que impulsa a estas empresas a alcanzar nuevas alturas. Al comprender la importancia de la escalabilidad y aplicar las estrategias adecuadas, las startups pueden abrirse camino hacia el éxito en el cambiante mundo empresarial de hoy.
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