Tu música no se apagará

Las Manchas —

0

Ayer viernes Las Manchas rindió un merecido homenaje a un músico, un maestro, un buen vecino y, sobre todo, un amigo: Francisco Ventura.

Para quienes no tuvieron la suerte de conocerlo, les diré que Francisco era de esos hombres que sostienen un pueblo haciendo mucho ruido, pero del bueno: el de las cuerdas de un timple o una guitarra, y una voz cantando isas.

Durante muchos años Francisco lideró, entre otros, a la Agrupación Folclórica Volcán de San Juan. Era una de esas personas que creían —y nos hicieron creer— que la mejor manera de enfrentarse a la vida era con un instrumento en la mano, una canción en los labios y una sonrisa.

Y así lo hizo, siempre, hasta el último instante.

Cuando era pequeño, Francisco me enseñó a tocar mi timple. Gracias a él, me enamoré del sonido mágico de nuestro pequeño instrumento y poco a poco me sumergí en todas nuestras tradiciones. Después me abrió las puertas de Volcán de San Juan y me mostró que la música no son solo notas: es grupo, es amistad, es comunidad unida por cada acorde.

El homenaje a Francisco ha consistido en la instalación de una estatua aquí, en San Nicolás, frente a nuestra iglesia. Una escultura de él tocando su timple, con su mano izquierda que tantos acordes de alegría nos regaló.

No es solo una escultura. Es memoria, es agradecimiento y es el orgullo de todo un barrio hacia alguien que no dejó ni un solo día de mantener viva la tradición entre nosotros.

Quizás en el futuro algún niño pregunte a su padre o su madre: “¿Quién era ese señor que toca ese instrumento?”. Y entonces podamos contarles la historia de un hombre que, incluso cuando el volcán rugía, su música era aún más fuerte.

Francisco se fue, pero su música no se apagó. No se apagará nunca.

Y todo este barrio, agradecido, desde ayer le recordará por siempre.