La gran lluvia de estrellas fugaces de invierno

Imagen de archivo de meteoros gemínidas sobre los telescopios MAGIC, en el Observatorio del Roque de Los Muchachos, el 13 de diciembre de 2015. También son visibles los planetas Venus, Marte y Júpiter y la luz zodiacal. Crédito: J.C. Casado, IAC.

La Palma Ahora

Santa Cruz de La Palma —

Las noches del 13 y 14 de diciembre, se indica en un comunicado del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), “podremos disfrutar al máximo de la lluvia de estrellas de las Gemínidas”. El evento, añade, será retransmitido en directo desde el Observatorio del Teide (Tenerife), a través del canal sky-live.tv, la noche del 14 de diciembre, con la colaboración del proyecto europeo EELabs.

Las Gemínidas, explica, son, junto a las Perseidas, “las mayores lluvias de estrellas del año. Fiables y puntuales, las Gemínidas nunca fallan. La actividad de los últimos diez años siempre ha superado 100 meteoros por hora (ZHR, tasas horarias cenitales), colocándola en el primer puesto del ranking anual de lluvias de estrellas.

Como cada año, añade, las Gemínidas mostrarán su pico de actividad a mediados de diciembre. Para el año 2019, la actividad de las Gemínidas se producirá entre el 4 y el 17 de diciembre. El máximo se espera a las 19:00 horas del 14 de diciembre. Las noches del 13 al 14 y del 14 al 15 de diciembre serán los mejores momentos para la observación de la lluvia de estrellas.

¿A dónde mirar?

Los meteoros, apunta, “parecen salir -tienen su radiante- en la constelación de Géminis (los Gemelos) que se situará cerca de la conocida constelación de Orión. Este año la Luna llena dificultará la observación y solo nos permitirá observar las Gemínidas más brillantes. Conviene fijar la mirada en una zona del cielo y mantenerla, al menos, durante unos minutos para poder detectar alguna Gemínida. Se recomienda tumbarse en el suelo y llevar ropa de abrigo. Y lo más importante: hay que tener paciencia”.

Las Gemínidas “es una lluvia que puede observarse desde ambos hemisferios. A pesar de que desde el hemisferio norte la actividad será mayor que desde el sur -debido a que el radiante estará a mayor altura sobre el horizonte- desde los cielos australes también se observará una gran cantidad de meteoros”.

Una lluvia con misterio

Las llamadas estrellas fugaces, explica el IAC, son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños (entre fracciones de milímetros hasta centímetros de diámetro) que van dejando los cometas -o asteroides- a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol, debido al deshielo producido por el calor solar. La nube de partículas resultante (llamados meteoroides) se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por la Tierra en su órbita alrededor del Sol. Durante este encuentro, los meteoroides se calientan, principalmente por rozamiento al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, vaporizándose parcial o completamente, creando los conocidos trazos luminosos o estrellas fugaces que reciben el nombre científico de meteoros. Aquellos meteoros que sobrevivan al rozamiento atmosférico impactarán con la superficie terrestre convirtiéndose en meteoritos.

Normalmente, agrega, los progenitores de las lluvias de estrellas son cometas, pero en el caso de las Gemínidas no. Un pequeño cuerpo celeste -el easteroide (3200 Faetón- es el presunto progenitor de las Gemínidas desde 1983, siendo un misterio para los astrónomos. El equipo dirigido por Dave Jewitt (UCLA), ayudado por las sondas Stereo, de NASA - nuestros ojos en el Sol para cazar asteroides y cometas en su aproximación a la estrella- se dio cuenta, en 2010, que Faetón experimentaba un aumento de intensidad en su brillo. Se trataba de algo nuevo que dieron en llamar cometa rocoso ¿Un híbrido entre asteroide y cometa? En síntesis, es un curioso asteroide que se acerca tanto al Sol -lo hace cada 1,4 años, de manera similar a como lo haría un cometa- que el calor emitido por nuestra estrella quema los residuos de polvo que cubren la superficie rocosa y forma así una especie de “cola de grava”. Javier Licandro (IAC) comenta: “(3200) Faetón, con 4 o 5 km de diámetro, es un destructor total. Si chocara con la Tierra, produciría una catástrofe a nivel global que acabaría con especies, incluida probablemente la nuestra. Aun así, Faetón es un riesgo menor en la lista de los cuerpos potencialmente peligrosos. No obstante, tenemos que controlarlo porque las órbitas de estos pequeños asteroides que pasan tan cerca de la Tierra están afectadas por muchos efectos que pueden hacer que, en un futuro, la órbita pudiera derivar en una órbita de colisión”.

Esta lluvia, una de las más atractivas para muchos investigadores, fue observada por vez primera en 1862, se subraya en la nota del IAC.

“Desde el año 2012 seguimos puntualmente a las Gemínidas desde el Observatorio del Teide y siempre nos han ofrecido un gran espectáculo. Este año, la presencia de la Luna llena dificultará la visión de los meteoros más débiles. Nuestra recomendación es realizar la observación a primeras horas de la noche cuando la Luna todavía se encuentre a baja altura sobre el horizonte, por lo que el brillo del cielo será menor. Las Gemínidas, a diferencia de las Perseidas, son meteoros lentos y, por tanto, es más sencillo cazarlos. A pesar del frío, siempre vale la pena intentar la observación de las Gemínidas”, comenta Miquel Serra-Ricart (IAC).

Más información en la web del IAC.

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