Las escuelas tradicionales del juego del garrote de Gran Canaria piden proteger el legado de los pastores por medio de un Bien de Interés Cultural

Las escuelas tradicionales de juego del garrote de Gran Canaria de La Barranquera y Maestro Paquito Santana de Telde, junto a La Revoliá de Santa Lucía de Tirajana, piden que esta práctica tradicional sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial.

De los tres niveles de bien de Interés Cultural que existen, Municipal, el Insular y el Regional han optado por solicitarlo solo por la práctica del juego del palo en Gran Canaria, para proteger sus singularidades y especificidades, concretamente, de la isla de Gran Canaria.

Eliezer Medina, portavoz de las escuelas tradicionales de Gran Canaria, explica a este periódico por qué es tan importante proteger esta práctica centenaria a través de un BIC. “Nosotros procedimos realizando un informe al Cabildo donde se recogen los relatos históricos, donde se recoge información documental e información etnográfica de lo que dicen los descendientes de los pastores y lo que ellos mismos dejaron grabado”. Un informe que cuenta con el aval del Departamento de Ciencias Históricas de la Facultad de Historia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, de los técnicos de la FEDAC y los técnicos del propio Cabildo, así como el apoyo aprobado en pleno de diferentes municipios de la isla como Ingenio, Agüimes, Santa Lucía, La Aldea de San Nicolás, San Mateo o Gáldar. “Esto llegó al Cabildo, pasamos todos los filtros y se incóa, aunque ahora no sabemos en qué punto estamos porque creemos que ha habido alguna alegación por parte de la Federación de Lucha del Garrote Canario para que no sea declarado Bien de Interés Cultural”, asegura Medina.

Este periódico se ha puesto en contacto con la Federación de Lucha del Garrote, para conocer, por alusiones, por qué oponen resistencia a la declaración de este BIC, y si entra en conflicto la protección insular de esta práctica, con los intereses generales de las diferentes prácticas en las islas. Su presidente, Carlos Barrera, cuenta que para esta solicitud no se contó con ellos, “que somos los representantes de esta modalidad”. Les preocupa que al ser declarada BIC la práctica quede fosilizada, “como una casa que cuando se declara BIC ya no se puede tocar”. Barrera expresa que desde la Federación “son los responsables de la actividad” y alude a un tronco común de la práctica en las diferentes islas, que hunde sus raíces en la cultura amazigh“ y concluye ”si quieren plantear algo que se haga por medio de la federación correspondiente y por medio de sus procesos democráticos“.

“En el mismo saco”

Eliezer Medina explica que el garrote tradicional de Gran Canaria es único de Gran Canaria, “como la cerámica de La Palma tiene sus diferencia con la de Gáldar en Gran Canaria”. “En Fuerteventura hay algo similar que se llama lata, pero nosotros no podemos fusionar los conocimientos de los majoreros, con los de los pastores de Gran Canaria y decir que representa a Canarias, pero eso no funciona así. Esos procesos culturales y de adaptación que se dan en Fuerteventura y que generan una práctica diferente a la de Gran Canaria, aunque el implemento, el palo largo sea el mismo, tienen gestualidades distintas, se mueven de diferentes maneras, usan técnicas diferentes, colocan las manos de diferente manera y eso sería eliminar una seña de identidad majorera, por ejemplo, si la mezcláramos con lo que nosotros hacemos. La práctica en Gran Canaria tiene sus características propias y tiene suficiente identidad para ser declarado Bien de Interés Cultural propio de Gran Canaria. No se puede meter todo en el mismo saco”, afirma.

A Medina le preocupa que “estas prácticas al tener un carácter inmaterial son muy fácilmente maleables. Aunque el juego del garrote tiene un origen ya que en el pasado se usó para la defensa de cabras, ganado y de la isla, también tiene un carácter lúdico, que es el que prevalece ahora, ”porque la gente viene aquí a disfrutar con el garrote, a aprender, no a que les pegues, evidentemente“.

El representante de las escuelas tradicionales en la isla se muestra “muy agradecido” con Teodoro Sosa, consejero de Gobierno de Presidencia y Movilidad Sostenible del Cabildo de Gran Canaria y al presidente del Cabildo, Antonio Morales, porque hayan dado este paso iniciando el proceso “y les animamos a que los terminen, pidiendo la información que sea necesaria”. Desde este momento el Cabildo de Gran Canaria tiene 24 meses para elevarlo al Gobierno de Canarias para su resolución, así como los procedimientos de desafectación y modificación de estos bienes, según la Ley 11/2019 de Patrimonio Cultural de Canarias.

Desde las escuelas tradicionales de Gran Canaria, aseguran estar abiertos “a una reunión con la Federación de Lucha del Garrote Canario, para que puedan exponer sus argumentos, en el cabildo como escenario ante los técnicos”. Y advierten de que su intención “no es ponerse por encima de nadie, sino proteger lo que queda”.