De repente, Ángel Víctor Torres se ha convertido en una pieza de interés a batir. Y no solo por la oposición, mayormente el PP, sino también por la prensa antisanchista nacional, a la que se han sumado con jolgorio las cabeceras locales canarias de Prensa Ibérica y, como es norma, la Cadena Ser en el Archipiélago. Es titular de un ministerio en apariencia poco decisivo, ni siquiera estratégico, Política Territorial y Memoria Democrática, por mucho que el 50 aniversario de la muerte del dictador (y el ascenso al poder de Juan Carlos I, el campechano) pueda conducir a aparentarlo. Ni siquiera es miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, lo que debería traducirse en que no tiene poder orgánico para influir en decisiones territoriales o estratégicas del partido. No se le conocen ambiciones personales que puedan convertirlo en enemigo para cualquier compañero o compañera de partido con vocación de ascenso.
Entonces, ¿por qué ese rebuscado e insistente intento de relacionarlo como sea con el empresario corruptor Víctor de Aldama y con sus colaboradores necesarios Koldo García y José Luis Ábalos? ¿Por qué ese indisimulado interés por convertirlo en el pim-pam-pum de la corrupción presunta o inminente del PSOE federal?
Es evidente que colocar un caso sonado de corrupción en la mesa del Consejo de Ministros es el primer objetivo. No hay duda. Poder reprochar cada mañana a Pedro Sánchez que tiene un ministro corrupto, presuntamente corrupto o aspirante a ser corrupto es una tentación que Alberto Núñez Feijóo y otros relatores diarios del discurso nacional no pueden esquivar.
Pero hay más motivos.
Ángel Víctor Torres pertenece al núcleo de mayor confianza del presidente del Gobierno. Lo demuestran hechos como que sea el ministro que coordina más comisiones interministeriales. Quizás por su experiencia en las sucesivas calamidades que sufrió Canarias durante su mandato como presidente autonómico le hayan prestigiado como un dirigente responsable, sereno y eficaz. Canarias conviene recordarlo en estos momentos revisionistas, fue la comunidad autónoma con menos fallecimientos por Covid y la que más test hizo a la población. Además, fue la primera en aplicar un confinamiento (un hotel del sur de Tenerife) y la que logró salvar a la industria turística. La gestión de Torres de la erupción volcánica de La Palma fue aplaudida por casi todos, y su predisposición a colocarse en frente de cualquier equipo técnico dando la cara, contrasta enormemente con escandalosos ejemplos recientes.
Quizás por eso, Sánchez lo colocó desde el primer momento al frente de la comisión ministerial para hacer frente a las consecuencias de la dana en Valencia.
Pero también al frente de la que coordina la reconstrucción de La Palma, la política de distribución de menores migrantes no acompañados y, por supuesto, la del 50 aniversario de la muerte de Franco.
Torres, es por lo tanto, un dirigente de confianza del presidente del Gobierno. Así que su presencia permanente en las portadas de los diarios aunque sea por suposiciones y segundas lecturas de lo que ya se sabía, que Canarias compró mascarillas a Soluciones de Gestión cinco años antes de saber que sus promotores se repartían comisiones ilegales, es un factor contaminante muy rentable para la oposición y los medios de comunicación que la jalean.
Las encuestas y la marca Torres
Pero es que, además, Torres es el único dirigente territorial del PSOE en la oposición al que las encuestas de intención de voto le otorgan ahora mismo una victoria en las próximas elecciones autonómicas.
Y eso lo saben perfectamente los dos partidos políticos que mandan en Canarias, Coalición Canaria y el Partido Popular, segundo y tercero en las elecciones de 2023, tras el PSOE de Ángel Víctor Torres, al que mandaron a la oposición.
Empresarios muy significados de Canarias financian al presidente Clavijo encuestas con periodicidad mensual que arrojan datos alarmantes, no solo para Coalición Canaria, sino también para el PP. Canarias no va a ser una excepción en el crecimiento de Vox, pero la particularidad archipielágica es que aquí le comerá electorado al PP y a Coalición Canaria, lo que fortalece aún más las expectativas del PSOE. O, por ser más precisos, de Ángel Víctor Torres, porque esas mismas encuestas reflejan permanentemente que su marca está muy por encima de la marca del partido.
La marca Torres parece imbatible en esas encuestas, pero la dispersión de formaciones a la izquierda del PSOE haría imposible nuevamente un gobierno progresista en Canarias. Por eso va a resultar trascendental el papel que puedan desempeñar en las autonómicas del 2027 dos movimientos que se están dando en estos momentos en las islas.
De un lado, el que se ha nucleado en torno a dos alcaldes grancanarios de mucho peso, el de Gáldar, Teodoro Santana, y el de Agüimes, Óscar Hernández, que lideran una fuerte escisión desde Nueva Canarias, el partido del que llegó a ser presidente regional Román Rodríguez. Lo que pueda conseguir este nuevo partido, Municipalistas Primero Canarias, que así se llama, será trascendental no solo para las autonómicas sino también para las generales.
Primero Canarias es la tabla de salvación de Clavijo en Gran Canaria, donde sus expectativas electorales no han hecho más que descender en los últimos años. Así que la pretendida reunificación del nacionalismo canario, que es como visten a este movimiento de Teodoro Sosa y Óscar Hernández, podría garantizarle un par de diputados autonómicos que consoliden un probable gobierno conservador como el actual.
Si no, la única opción posible, con las encuestas otorgando hasta 12 diputados regionales a Vox, solo puede pasar por un pacto entre Coalición Canaria, el PP y Vox.
El otro movimiento que puede desempeñar un papel determinante en el futuro escenario autonómico es el que se trata de nuclear en torno a formaciones como Izquierda Unida, Sumar, Podemos, Nueva Canarias, Drago, Alternativa por La Gomera… con opciones a una decena de diputados autonómicos si lograran ponerse de acuerdo. Suficiente para poder abordar un gobierno progresista. Pero las negociaciones aún están muy verdes, mucho más verdes que la opción de la presunta reunificación nacionalista.
En ese escenario, algunos medios informativos locales se han posicionado claramente en contra de Ángel Víctor Torres, amplificando, en algunos casos con mayor virulencia que la prensa ultra nacional, episodios, mensajes y relaciones que en Canarias son más conocidos y explicados que en Madrid.
Influye mucho, como siempre, el reparto de dinero público entre esos medios, reparto que no es exclusivamente publicitario sino también a través de las millonarias contrataciones a través de Televisión Canaria. Eso explicaría, por ejemplo, que las cabeceras del grupo Prensa Ibérica (La Provincia y El Día) mantengan en las Islas una posición beligerante contra el ministro que no se corresponde en absoluto con la que presentan sus homólogas en la Península. El caso de la Cadena Ser en Canarias también es histórico. Gran parte de sus ingresos publicitarios provienen del Gobierno y de las administraciones públicas controladas por Coalición Canaria. Su apuesta por Clavijo ha sido permanente, incluso mientras estuvo en la oposición, a pesar de que el Gobierno de Torres en absoluto la castigó con una reducción en la inversión publicitaria. Sus ataques al líder socialista local y a Pedro Sánchez se contradicen cada día con la línea editorial nacional de la cadena. La espina dorsal de sus analistas, durísimos con Torres y con el PSOE, es la misma que presentan cada mañana los dos periódicos de Prensa Ibérica.
Por lo tanto, no es solo Feijóo ni es solo Clavijo, hay muchos más interesados en la crucifixión de Ángel Víctor Torres aprovechando un informe de la UCO que lo exonera por completo de cualquier tipo de sospecha. Saben que no tiene recorrido ninguna de las insidias que lanzan contra él, pero mientras haya portadas, hay daño.