El IASS despide a un trabajador por no rellenar el impreso de vacaciones
Los hechos se remontan a mayo de 2006, cuando el auxiliar de enfermería José Redondo, que llevaba desde marzo de baja laboral, presentó en las oficinas del IASS un parte de alta para disponerse a disfrutar en junio de su mes de vacaciones. Según declaró el trabajador en el juicio, no rellenó la correspondiente solicitud de vacaciones porque el responsable de Recursos Humanos le dijo que no se preocupara, que él se encargaría de tramitarlo. Así pues, el trabajador se fue de vacaciones “concedidas de forma verbal por el empresario” y, cuando regresó, entregó otro parte de baja.
Sin embargo, la empresa sostiene que nunca llegó a autorizar los días de vacaciones, entendiendo por tanto que José Redondo cometió una falta muy grave al ausentarse de su puesto de trabajo sin causa justificada durante más de un mes.
En su sentencia, de 26 de marzo de 2007, el Juzgado de lo Social número 3 de Las Palmas de Gran Canaria considera que el testimonio de dos compañeros de trabajo no es una prueba suficiente como para estimar la demanda de José Redondo contra la empresa, a la vez que reconoce adecuada la sanción impuesta por el IASS.
Incumplimiento del convenio colectivo
El fallo ha sido calificado por miembros del Comité de Empresa de “injusto”. En concreto, el representante de Intersindical Canaria (IC), Juan Jesús Galván, recuerda que el convenio colectivo del IASS establece que, ante a la ausencia laboral sin justificar de un trabajador, la empresa está obligada a ponerse en contacto con éste en los tres primeros días de dicha falta. Un requisito que no se cumplió -“esperaron 33 días para comunicarse con él”, sostiene Galván-.
El también secretario de finanzas del Secretariado Federal Insular de IC de Salud considera que, lejos de tener en cuenta los 23 años de servicios como auxiliar de Enfermería, a José Redondo se le ha castigado con la sanción más dura simplemente por confiar en la buena voluntad de un compañero -que, luego, en el juicio negó que él se hubiese prestado a tramitar las vacaciones del trabajador-.
En este sentido, Galván defiende para su compañero de El Sabinal una sanción menos radical que el despido: dos meses de suspensión de empleo y sueldo “e incluso, su traslado a otro centro”.
En cualquier caso, el representante de Intersindical no se sorprende por lo ocurrido en este caso -el primer despido que se da en esta empresa en 32 años-, teniendo en cuenta que en los cuatro últimos años de mandato popular en el Cabildo de Gran Canaria, de mayoría absoluta de UGT en el Comité de Empresa del IASS y con Miguel Monzón como Director de Enfermería, los expendientes disciplinarios “por cualquier cosa” y de manera totalmente arbitraria han sido una constante.
“La situación ha llegado a ser insostenible”, en la que la coacción y el “acoso” hacia todo aquél que no comulgue con ciertos representantes de UGT -y con el citado Miguel Monzón- han sembrado el “miedo” tanto entre los interinos como entre trabajadores de hasta 40 años de experiencia dentro de esta empresa. Y todo ello, con el beneplácito y la callada por respuesta de la consejera insular de Servicios Sociales, María de la Salud Gil, quien desde el principio dejó claro que “sólo se reunía con la mayoría sindical, porque ella con minorías no tenía nada que hablar”.
Confianza en el cambio
Desde Intersindical Canaria y resto de sindicatos minoritarios se confía en que con el futuro responsable de Servicios Sociales en el Cabildo grancanario, una vez se conforme el nuevo gobierno fruto del pacto PSOE-Nueva Canarias, existan mejores relaciones con los trabajadores y con “todos” los sindicatos del Comité de Empresa.