Padres, profesores y alumnos se unen para remodelar un colegio en Arucas en plenas vacaciones

Raquel Sosa

Las Palmas de Gran Canaria —

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Desde inicios de las vacaciones escolares, alrededor de 80 padres de alumnos de Arucas trabajan para completar las obras de restauración del Colegio Juan Zamora, que hasta el pasado curso escolar funcionaba también como sede de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) en este municipio grancanario.

Pintan pasillos y aulas, y ayudan en el traslado del mobiliario de un centro a otro. Estos padres dedican sus días libres en verano a conseguir que sus hijos tengan las mismas condiciones que en su antiguo centro, el CEIP Arucas. Lo hacen de forma altruista, pues consideran que es importante que todo esté lo mejor preparado posible para cuando comience el curso escolar, en septiembre.

No solo los padres se han implicado, los propios niños van diariamente a colaborar con las tareas y a crear sus propios puestos de mercado, mercería, banco ... que forman parte de los proyectos educativos que ya se venían desarrollando en el CEIP Arucas. Con estos puestos, los niños aprenden nociones de matemáticas o de alimentación, por ejemplo. La directora del centro, Andy Marrero, afirma que de esta forma se alienta a los pequeños a ir al colegio y, por ello, considera de vital importancia que desde los primeros días no noten ningún cambio a peor.

Marrero cuenta que en mayo de este año la Consejería de Educación, tras algunas quejas de padres y personal del colegio, decidió trasladar la EOI al CEIP Arucas, y reunificar a los alumnos de estos dos centros en uno, el Juan Zamora, que a partir de septiembre contará en sus aulas con casi 400 alumnos.

Según la directora, la decisión de ubicar a todos los escolares en el Juan Zamora reside en que, al ser un edificio más reciente, las instalaciones están en mejores condiciones. Sin embargo, esto ha supuesto que tengan que trasladar todas las instalaciones para los proyectos con los que trabajaban en el antiguo centro, al nuevo.

La Consejería anunció que comenzaría las obras este verano, pero Marrero, al considerar que no daría tiempo a completar las obras para el inicio del nuevo curso escolar, propuso a los padres la idea de comenzar las reformas, junto al profesorado e incluso los estudiantes.

Destaca la respuesta positiva que obtuvo desde el primer momento de los padres, que “se han volcado completamente en la tarea”. “Hay padres que se quedan algunos días hasta las doce de la noche, pero no es porque el Ayuntamiento o la Consejería no haya ayudado, sino por la falta de tiempo”, apunta.

Desde la directiva del centro están muy contentos con la respuesta que han obtenido, así como con el clima que se está viviendo estos días en los pasillos y las aulas. Los padres son una parte muy importante de la comunidad educativa, por ello es importante que se involucren en el proyecto, señala Marrero.