La Guardia Civil ha intervenido 13.800 dosis de la sustancia psicoactiva conocida como popper, enviadas a Tenerife mediante paquetería postal desde Francia y Portugal, y ha imputado a siete personas receptoras de este estimulante.
El total de popper intervenido es de 8,33 litros, distribuido en siete envíos, seis de ellos remitidos desde Francia y uno desde Portugal, una cantidad equivalente a 13.886 dosis.
Los agentes de la Sección Fiscal y Fronteras del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, junto a Funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, localizaron en julio un primer envío de 24 frascos que contenían en total 720 mililitros de la sustancia, un paquete que llegó por barco desde Maia (Portugal).
A este primer envío siguieron otros seis con distintos contenidos declarados, como limpiador de cuero o ambientador aromático, para ocultar el contenido de los paquetes e intentar evitar la detección de la droga.
El último de los envíos, realizado a comienzos de noviembre, incluía 216 frascos con más de 4,8 litros de droga.
Las siete personas a las que iban destinados los envíos están investigadas por delito de tráfico de medicamentos y están a disposición del juzgado de guardia de La Laguna.
Según manifestaciones de los investigados, el popper es utilizado en reuniones con el fin de realizar prácticas sexuales, ha indicado la Guardia Civil.
De acuerdo con la información facilitada por la Guardia Civil, el popper, creado a base de nitritos de aquilo volátiles, es una de los denominadas nuevas sutancias psicoactivas, un producto considerado como una droga por las autoridades sanitarias.
Contiene agentes vasodilatadores de corta duración que dan lugar a la relajación de las fibras musculares y puede causar efectos adversos, como lesiones neurológicas, metahemoglobinemia y depresión respiratoria.
Fuera del ámbito sanitario, el popper es empleado ilícitamente como una droga con fines recreativos por sus propiedades estimulantes, psicológicas y sexuales.
Se trata de un producto sometido a autorización previa de registro de producción y comercialización por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, autorización con la que no contaba ninguno de los investigados.
Sin la autorización preceptiva está prohibido realizar envíos postales.